A fin de cuentas
Por Rodrigo Ruidobro, gerente de Administración y Finanzas de Empresas Copec Hace algunas semanas publicamos los resultados correspondientes al tercer trimestre de 2023, que arrojan un Ebitda de MMUS$ 609 y una pérdida trimestral de MMUS$ 31. Se trata de cifras que están muy por debajo de aquellas que nos acostumbramos a ver durante los años 2021 y 2022, en que todas nuestras líneas de negocio mostraron rendimientos excepcionalmente positivos. Este 2023, en cambio, ha estado marcado por una caída abrupta -quizás la más fuerte en décadas- en los precios de la celulosa, afectada a comienzos de año por una demanda más débil en China y Europa, y por la importante entrada de nueva capacidad al mercado. Asimismo, se ha venido registrando una normalización de los resultados en maderas, segmento que, en los últimos años, impulsado por algunas tendencias iniciadas desde la pandemia, había exhibido márgenes que llegaron casi al triple de lo habitual. En energía se ha ido viendo una leve disminución de volúmenes, afectados probablemente por un menor dinamismo económico en nuestros principales mercados. Junto con ello, la revalorización de inventarios y el segmento industrial han generado efectos menos favorables que en el 2022. Abastible, sin embargo, muestra un alza en su Ebitda este trimestre debido fundamentalmente a una recuperación en Chile y Colombia. Mina Justa, por su parte, a través de nuestra filial Alxar, sigue dando noticias positivas, con una generación de Ebitda interesante que responde a una producción estable, costos controlados y buenos escenarios de precio. Con todo, en el último trimestre reportado se comienza a ver una recuperación respecto de los niveles alcanzados en el trimestre anterior. En efecto, el Ebitda crece un 38%. Ello responde fundamentalmente al negocio forestal, con mayores volúmenes en celulosa y costos que se mueven a la baja en la medida en que avanza la producción en MAPA, y que debieran continuar en esa trayectoria. En los últimos meses, además, se ha registrado un importante repunte en los precios de la celulosa. Aun en estos escenarios menos favorables, contamos con una situación financiera robusta, con un grado de inversión recientemente ratificado por las agencias de riesgo. Lo anterior nos permite comenzar a pensar en los próximos pasos de nuestro plan estratégico. La gran inversión de los últimos años, MAPA, comienza a dar sus frutos, mostrando a septiembre más de 500 mil toneladas producidas, con una óptima calidad. Ya en los primeros meses del 2024 debiera alcanzar su pleno funcionamiento, sumando más de 30% de capacidad para la filial Arauco. En algunos años podría agregarse la planta en Sucuriú, Brasil, que permitiría adicionar otro 50%. Son proyectos de rentabilidades atractivas en el largo plazo, de magnitudes impresionantes, desafíos ingenieriles de escala mundial y, a la vez, en conjunto con las plantaciones de bosques que llevan asociadas, aportes enormes para la descarbonización del planeta. Asimismo, Copec y Abastible seguirán avanzando en la transición energética y la transformación de su modelo de negocios. En un escenario energético global que cambia, nuestras filiales cuentan con las capacidades, con la potencia de marca y con la confianza de sus clientes necesarias para no solo realizar, sino que también conducir esta evolución. Así, veremos una contribución cada vez mayor al Ebitda de este segmento de parte de áreas distintas a los combustibles, pero complementarias a ellos, como lo son nuevas energías, conveniencia, lubricantes y logística. Por su parte, Alxar acaba de anunciar una opción de expansión de Mina Justa. Es un proyecto de unos US$ 400 millones, que aumenta preliminarmente las reservas en un 30%, la vida útil en cinco años y la producción en 500 mil toneladas de un material crítico para la transición energética del mundo. De esta forma, continuaremos por el camino ya trazado hace tiempo, el de entregar recursos y energía con una visión de largo plazo, pensando en décadas, con la mirada puesta en el futuro del planeta y de sus habitantes.