En un contexto de crisis climática, donde todo el planeta está llamado a reducir su huella de carbono, la filial forestal impulsa el desarrollo de soluciones renovables para la construcción, el embalaje y el vestuario, con materiales que, desde su origen, son sustentables.
Prendas de vestir elaboradas en base a celulosa textil, construcciones en madera industrializada y envases de alimentos a partir de fibra de madera son algunos de los productos amigables con el medioambiente que han ido ganando terreno en el día a día de millones de personas en todo el mundo. Y lo hacen en reemplazo de materiales como el poliéster, el hormigón y los plásticos de un solo uso. Este verdadero cambio de paradigma en las decisiones de consumo está motivado por la creciente conciencia sobre el impacto ambiental que tienen las acciones de las personas y la necesidad de contribuir al equilibrio sostenible del planeta.
En este contexto, ARAUCO, con su portafolio de soluciones sustentables, emerge como un actor clave en la provisión de materias primas esenciales para abordar la crisis climática. Así, los distintos tipos de celulosa, madera y derivados que comercializa se abren camino desde sus bosques y plantas de producción hacia mercados globales.
Con una visión de largo plazo, la innovación, la sostenibilidad y la calidad son pilares fundamentales en todas las etapas de su cadena de valor, desde la gestión forestal hasta la producción y distribución de sus productos. Gracias a este enfoque integral, ARAUCO no solo responde a las demandas del presente, sino que también se posiciona como un líder en la construcción de un mundo más sostenible.
Renovables, carbononeutrales y circulares
Los árboles, especialmente durante su crecimiento, desempeñan un papel crucial para el planeta, ya que al absorber dióxido de carbono (CO2) liberan oxígeno y almacenan el carbono en su estructura: la madera. De ahí que su empleo en industrias como la construcción y la moda -que de acuerdo al WEF (World Economic Forum) representan el segundo y tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero a nivel global – sea visto como una alternativa factible y escalable para hacer frente a los desafíos de la emergencia climática.
La gerenta de Medioambiente de ARAUCO, Marianne Hermanns, destaca que uno de los focos permanentes de la empresa en materia ambiental es seguir profundizando la reducción de emisiones de CO2 y alcanzar un 100% de valorización de residuos. “Somos una compañía carbononeutral, con procesos sustentables y renovables, pensando en el bienestar presente y futuro de las personas”, afirma.
El subgerente de Construcción en Madera de ARAUCO, Fernando Marcone, agrega que todos los productos de la compañía tienen sólidos fundamentos de sustentabilidad. “La materia prima de ARAUCO proviene de árboles obtenidos de plantaciones forestales con certificaciones que acreditan su origen responsable y renovable. Por lo tanto, la madera es el único material que nos permite desarrollar infraestructura a partir de un material renovable y, al mismo tiempo, reemplazar materiales de construcción con alta huella de CO2, como el acero o el cemento, contribuyendo a disminuir el impacto medioambiental de esas industrias”, explica.
Los árboles, especialmente durante su crecimiento, desempeñan un papel crucial para el planeta, ya que al absorber dióxido de carbono (CO2) liberan oxígeno y almacenan el carbono en su estructura: la madera.
Por su parte, las plantas de celulosa, según comenta Ricardo Strauszer, gerente Comercial de Celulosa ARAUCO, son autosuficientes en energía, generando incluso excedentes. “Abastecemos de energía verde al sistema interconectado y eso es súper importante, porque nuestro producto final, que es la celulosa, ya viene de un proceso medioambientalmente muy amigable y renovable”.
En esta misma línea, Marianne Hermanns detalla que el uso de biomasa para la generación de energía “nos permite no solo autoabastecernos de energía eléctrica y térmica para elaborar insumos que mejoran la calidad de vida de las personas, reemplazando el plástico y otros materiales por productos renovables y sustentables, sino que, además, podemos entregar cerca de 300 MW de energía limpia al país”.
A ello se suma la gestión hídrica, que en palabras de la gerenta de Medioambiente de ARAUCO se basa en el uso eficiente de este recurso en procesos “de la mano de iniciativas de aumentar la recirculación de agua, disminución de consumo y aprovechamiento de la misma”.
El renacer de la construcción en madera
La edificación industrializada en madera está transformando el sector de la construcción, promoviendo un uso más racional y eficiente de los recursos naturales. A través de su línea de ingeniería HILAM y de su filial E2E, ARAUCO ha desarrollado una amplia gama de soluciones constructivas con tecnología avanzada y de alta precisión, que complementan su oferta integral de paneles, madera aserrada y molduras, abarcando gran parte de los requerimientos de la industria, desde productos estructurales hasta productos de terminación. A ello se suma la próxima instalación de una nueva línea de tableros OSB (Oriented Strand Board) en su planta de Ñuble, que llega a completar el diverso mix de la compañía.
“Hoy en día, la madera y sus derivados se posicionan como una solución clave para enfrentar la emergencia climática, gracias a la capacidad industrial para desarrollar proyectos a gran escala. Nuestro propósito es fomentar la mayor incorporación de madera en la construcción por su eficiencia, calidad y sostenibilidad”, afirma Fernando Marcone.
Este enfoque responde a dos iniciativas establecidas ante el cambio climático: el compromiso del Acuerdo de París de reducir las emisiones de GEI para limitar el calentamiento global a 1,5°C y la necesidad de construir 183.000 millones de metros cuadrados para albergar a un incremento de población mundial proyectada de 2.300 millones de personas para 2050, según el Globus Status Report for Buildings and Constructions 2022, de la ONU. Si consideramos que la industria de la edificación es responsable del 40% de las emisiones globales, la gran pregunta es qué implicancias tiene para el medioambiente, en términos de huella de carbono, la elección de materiales para el desarrollo de esa infraestructura”, plantea Marcone.
La edificación industrializada en madera está transformando el sector de la construcción, promoviendo un uso más racional y eficiente de los recursos naturales.
En definitiva, el mundo necesita edificar más y de manera amigable con el medioambiente, y ARAUCO está decidida a ser parte de la solución. Ya está presente en todo el mundo con su amplio mix de productos sustentables, a lo que se suma su última innovación, HILAM, que consiste en piezas de ingeniería de gran tamaño, versatilidad, resistencia y precisión en base a madera laminada y contralaminada, que permiten reemplazar insumos como el cemento y el acero en usos donde antes no era posible, como, por ejemplo, para desarrollar la estructura soportante de edificios de gran altura. Asimismo, a través de E2E, diseña y produce un sistema constructivo industrializado basado en paneles con estructura de madera, enfocado en dar soluciones habitacionales de calidad en el contexto del gran déficit habitacional que existe a nivel local y regional.
El proceso de construcción industrializada en madera de la línea HILAM incluye el modelamiento 3D, la fabricación y mecanizado de precisión en modernas líneas automatizadas en la planta, y su transporte y montaje con equipos especializados. “Este método cumple con creces con los requisitos medioambientales, reduce la mano de obra, minimiza el transporte y los residuos, disminuye los tiempos de ejecución y los costos, que ya son competitivos, tienen el potencial de verse aún más reducidos una vez que se tenga más escala y aumente el know-how respecto al sistema. Estamos recién comenzando”, explica Marcone.
ARAUCO ya tiene en su portafolio diversos proyectos terminados y en ejecución, entre ellos tres icónicas iniciativas de madera carbono neutrales en Chile, pioneras en Latinoamérica. Todos están alineados con el desafío global de la emergencia climática, logrando cero emisiones de carbono durante su vida útil, desde la construcción hasta la operación.
Entre sus obras recientes destaca la escalera de madera más grande del mundo, de 35 toneladas, que fue instalada en apenas seis horas en el Mercado Urbano Tobalaba, MUT, en Santiago. El proyecto respondió al desafío planteado por Inmobiliaria Territoria de reformular una estructura originalmente diseñada en acero y cemento. En esa misma línea, el último edificio del recinto contará con un sistema de ventanas de madera desarrolladas por TECMA y ARAUCO. Y, desde agosto de este año, la compañía trabaja en el montaje del mayor proyecto de Sudamérica previsto para 2025: el primer complejo industrial de salmones en madera, ubicado frente al Canal de Chacao.
Si bien en 2020 ya existía casi un centenar de edificios de este tipo en el mundo, llegando incluso algunos de ellos a los 25 pisos, la construcción en madera en Chile es todavía incipiente. “A pesar de ser un país forestal, la utilización de madera para edificar no supera el 13%. Faltan arquitectos e ingenieros especializados y es necesario desmitificar creencias sobre la eficiencia y solidez de este material”, señala Marcone.
El ejecutivo subraya que cuando se usa y protege adecuadamente, la madera es resistente, durable y capaz de enfrentar amenazas como termitas, humedad, fuego y sismos. “En ARAUCO contamos con productos de ingeniería de este material, los mismos que se utilizan con mucho éxito en Europa, Estados Unidos, Japón, Australia, etc., para realizar todo tipo de proyectos. Si bien construir un edificio con madera es una innovación importante para el país, es algo que ya está probado en el mundo, funciona bien y es sustentable. Por lo tanto, es mejor que la alternativa tradicional”, complementa.
Pulpa textil: el futuro de la moda sustentable
Como parte de su estrategia para ampliar el portafolio de productos sostenibles y responder a la creciente demanda global de materiales ecológicos, en 2020, tras una inversión de US$ 200 millones, ARAUCO comenzó la producción de pulpa textil en su planta de Valdivia.
Ricardo Strauszer explica que la decisión de ingresar a este mercado apunta a ofrecer una alternativa sostenible a los materiales textiles tradicionales, predominantemente sintéticos. “Actualmente, la producción textil mundial alcanza 120 millones de toneladas anuales, con más del 50% de la fibra proveniente del poliéster, un derivado del petróleo, seguido por el algodón, con más del 20% y, en tercer lugar, la viscosa, que se elabora a partir de celulosa, en torno al 7%”, señala.
Según datos de la ONU, la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones mundiales de carbono. Durante los últimos 20 años la producción textil se ha duplicado, pasando de 60 millones de toneladas en 2002 a 120 millones en 2022, donde más del 90% de dicho aumento se explica por el incremento en la producción de poliéster. Este material, debido a su menor precio en comparación con fibras naturales, es ampliamente utilizado en ropa deportiva, textiles económicos y de uso industrial.
“A diferencia del poliéster, la pulpa textil hecha de celulosa es renovable, siempre que la madera utilizada provenga de fuentes sostenibles, como es el caso de ARAUCO”, destaca Strauszer. Por otro lado, el algodón, aunque natural y reciclable, enfrenta desafíos medioambientales significativos, debido al alto consumo de agua, uso de pesticidas y extensas áreas de cultivo. “En contraste, la pulpa textil, que ARAUCO produce a partir de madera de plantaciones forestales certificadas, ofrece una solución con una baja huella hídrica y ambiental”, explica su gerente Comercial.
De ahí el enorme potencial de la pulpa textil y la necesidad de que la industria de la moda migre hacia procesos y materiales más sostenibles.
Actualmente, ARAUCO representa cerca del 8% del mercado mundial de pulpa textil, con una producción de 500 mil toneladas que se distribuyen principalmente a China, India, Tailandia y Taiwán. Es uno de los tres principales productores no integrados de esta materia prima, es decir, que se especializa únicamente en la producción de pulpa y no en la viscosa misma, que es el siguiente paso en la cadena de fabricación del hilo textil.
En términos prácticos, la viscosa derivada de la pulpa textil posee atributos que la hacen similar al algodón, destacándose por su buena caída, lo cual es crucial para la confección de prendas como faldas, vestidos y camisas. Además, sobresale por su excelente absorción de humedad y olores, características que la diferencian de las fibras sintéticas, que suelen requerir químicos para manejar olores. “Esta capacidad de la viscosa asegura una mayor durabilidad en términos de frescura y comodidad, manteniendo las prendas libres de olores incluso después de múltiples lavados”, comenta Ricardo Strauszer.
Otro beneficio es la posibilidad de integrar características específicas directamente en la fibra durante su proceso de fabricación. Por ejemplo, se pueden añadir retardantes de fuego, lo cual es particularmente útil para aplicaciones como trajes de bomberos; incorporar pigmentos para lograr una coloración duradera, o integrar productos antibacterianos que no se desvanecen con los lavados, como suele suceder con otros tipos de telas.
La industria de la moda está reconociendo cada vez más la necesidad de adoptar prácticas sostenibles. En este contexto, ARAUCO colabora activamente con líderes del sector para promover la pulpa textil como una alternativa a los materiales tradicionales menos ecológicos. En esta línea, la compañía participa en seminarios y exposiciones educando sobre los beneficios de la celulosa textil y fomentando su adopción. Así, con una calidad superior a otras fibras, la pulpa textil de ARAUCO se posiciona como una opción viable y respetuosa con el medioambiente, marcando un paso significativo hacia una moda más sustentable.
ARAUCO colabora activamente con líderes del sector de la moda para promover la pulpa textil como una alternativa sostenible a los materiales tradicionales menos ecológicos.
La alternativa para un mundo con menos plástico
Actualmente, parte de los esfuerzos globales para enfrentar la crisis climática se centran en reducir la contaminación por plásticos, especialmente a través del reemplazo de envases de un solo uso por alternativas ambientalmente sostenibles. Estos productos desechables, que abarcan desde envases de alimentos y productos de limpieza, hasta bolsas y utensilios, constituyen una gran parte de los residuos plásticos que saturan nuestros océanos y ecosistemas, además de contribuir significativamente a la generación de gases de efecto invernadero durante su producción y desecho. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), cada año se producen más de 460 millones de toneladas de plástico, de las cuales 36% se destina a la industria del packaging.
En respuesta a esta crisis, se han propuesto iniciativas globales, como el Tratado Global de Plásticos impulsado por la ONU, que buscan reducir la producción y el uso de estos materiales por sus efectos nocivos. En este panorama, la celulosa de ARAUCO emerge como una alternativa prometedora, ofreciendo una solución biodegradable y renovable para reemplazar eficazmente el uso de plásticos en envases y embalajes y contribuir a un futuro más sostenible.
Ricardo Strauszer explica que “con nuestras celulosas se puede reemplazar plásticos de muchos tipos; los más básicos, son los que se usan en productos alimenticios y embalajes en general, que han ido ganando terreno en todo el mundo. Si hace algunos años el delivery de comida empleaba principalmente envases de plástico, hoy cada vez más utiliza contenedores de papel o cartón en base a celulosa”.
Un cambio que también responde al desarrollo de soluciones tecnológicas que amplían las posibilidades de uso de este material, profundizan sus ventajas y lo hacen más competitivo. Tapas de cartón herméticas y funcionales para contenedores de alimentos, etiquetas de papel para envases de bebidas capaces de soportar condiciones de humedad en refrigeradores, e incluso botellas para agua y otros líquidos en base a celulosa, son algunas de las innovaciones en que la industria del packaging está dado pasos significativos.
Pese a que uno de los mayores desafíos para reemplazar los plásticos sigue siendo el costo, a medida que avanzan las regulaciones y crece el sentido de urgencia acerca de la necesidad de migrar hacia productos ambientalmente amigables, el uso de envases y embalajes elaborados en base a un material versátil, carbono neutral y biodegradable como la celulosa se perfila como una pieza clave en la transición hacia una economía más circular y respetuosa con el planeta.