Las múltiples propiedades del principal producto de exportación chileno lo convierten en un insumo vital en el tránsito hacia el uso de energías limpias.
Expertos coinciden en que la cotización mantendrá su tendencia positiva, y advierten que es indispensable innovar permanentemente para aumentar la eficiencia en la producción.
Con sus momentos de dulce y de agraz, con sus altibajos asociados a factores macroeconómicos y geopolíticos, con su vulnerabilidad a la especulación, con actores que entran y salen del escenario, el cobre es un estandarte en la economía chilena. Sus múltiples usos, que abarcan desde la gran industria hasta simples implementos domésticos, hacen del metal rojo un producto de importancia estratégica en todo el mundo.
A juicio de los expertos, el comportamiento del precio de este mineral ha sido relativamente predecible en los últimos años y ha estado asociado principalmente a dificultades para mantener los niveles de producción frente a una demanda creciente. En efecto, y más allá de las oscilaciones diarias, datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) indican que entre noviembre de 2023 y mayo de 2024 la cotización tuvo un importante salto, al pasar de US$ 3,64 a más de US$ 4,5 la libra.
Chile, el mayor productor cuprífero del planeta, ha sido testigo de cómo, en los últimos años, se ha agregado una veta al metal rojo que abre grandes oportunidades: su rol en la transición energética.
Atributos insuperables
El tránsito desde una economía basada en hidrocarburos hacia otra impulsada por energías limpias requiere de materiales específicos, entre los que se cuentan el níquel, manganeso, vanadio, litio, tierras raras, cobalto y otros, que suman alrededor de 70 elementos. Pero el cobre tiene condiciones que lo ponen en clara ventaja sobre aquellos, en relación a la cantidad de usos y a la profundidad de su mercado.
Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining, se refiere a esas características. “No solo está presente desde hace mucho tiempo en la vida cotidiana de la humanidad, sino que, además, cumple un rol esencial en la energía limpia, que es la clave de esta nueva era. Si bien el litio es muy relevante para el almacenamiento en baterías, por ejemplo, el cobre lo es principalmente en la transmisión y distribución de electricidad. En este esfuerzo por descontaminar el medioambiente no sacamos nada con generar energía limpia mediante el sol o el viento si no la podemos conectar con la red de distribución. En esto el cobre tiene una alta eficiencia, sin pérdidas sustantivas y a costos razonables”, sostiene.
La electromovilidad es uno de los ámbitos más visibles o emblemáticos de la transición energética y representa otro de los campos en que el principal producto de exportación chileno es protagonista. A modo de ejemplo, un vehículo eléctrico utiliza en promedio tres veces más cobre que uno a combustión en sus componentes, esencialmente en el motor, cables y baterías. En consecuencia, su rol para la reducción de emisiones por parte del parque vehicular adquiere una importancia creciente, tanto así que un estudio de la International Copper Association estima que en 2027 la demanda destinada a la electromovilidad será nueve veces mayor que la existente en 2017.
Un vehículo eléctrico utiliza en promedio tres veces más cobre que uno a combustión en sus componentes, esencialmente en el motor, cables y baterías.
Empresas Copec está presente en la explotación cuprífera a través de su filial Alxar Internacional. El gerente general de la compañía, Erwin Kaufmann, complementa la visión del director ejecutivo de Plusmining señalando que parte de la solidez del cobre es que “no solamente tiene aplicación en la transición energética, sino que también en el diario vivir. Lo que la transición hace es aumentar la demanda y abrir nuevas perspectivas, pero sus bases van mucho más allá”.
Es un metal fuerte, resistente a la corrosión y uno de los mejores conductores térmicos y eléctricos que existen. Es un producto reciclable, con gran ductilidad, propiedades antibacteriales y apto para diversas aleaciones. Esto hace que sea un insumo vital en áreas tan distintas como la fabricación de maquinarias industriales, la medicina, agricultura, construcción, transporte y telecomunicaciones, entre muchas otras.
Innovación: un desafío permanente
Cochilco prevé la mantención de la tendencia positiva en la cotización del cobre. Chile aportará el próximo año alrededor de 5,8 millones de toneladas, lo que representa un incremento de 6% respecto de 2024. Este aumento en la producción permitirá abordar una demanda que hoy se acerca a los 27 millones de toneladas y se mantendrá robusta, en gran medida, gracias a la transición energética y tecnológica a nivel global y, especialmente, en las naciones desarrolladas.
Erwin Kaufmann confirma las estimaciones del organismo estatal, argumentando que, a diferencia de otras materias primas, este metal no tiene sustitutos relevantes que representen una amenaza en la actualidad. “Los otros minerales estratégicos en la transición energética, que son producidos a escalas menores, podrían tener problemas para satisfacer la demanda. En cuanto a la electromovilidad, el cambio del parque automotor ha sido más lento de lo que se pensaba, pero eso no ha afectado las proyecciones auspiciosas”, indica el ejecutivo.
Para Juan Carlos Guajardo, los cambios geopolíticos y tensiones en el campo comercial podrían influir en la velocidad a la que se desarrolle la transición energética. “Por ejemplo, China es líder en paneles solares, tiene mucha energía eólica e hidroeléctrica y también produce autos eléctricos. Pero Estados Unidos lo ve como un competidor y está aplicando aranceles muy altos para evitar que estas tecnologías del gigante asiático lleguen a los mercados en condiciones competitivas”.
El director ejecutivo de Plusmining no duda de la disponibilidad futura del recurso, pero enfatiza la importancia de la innovación permanente para desarrollar proyectos que sean económicamente viables. Subraya que se requiere incentivar cambios tecnológicos para producir de manera más eficiente y, así, resolver los desafíos que tendrá la oferta.
Mientras tanto, Alxar apunta precisamente en esa dirección, procesando mineral de alta ley y avanzando a paso firme en el proyecto Mina Justa Subterránea en Perú, que permitirá aumentar las reservas en más de 600 mil toneladas de cobre fino. Kaufmann afirma que “adicionalmente al desarrollo de Justa Subterránea, Alxar sigue buscando activamente oportunidades rentables y atractivas en minería de cobre, de manera de ser un actor relevante en esta industria. Esta búsqueda se concentra principalmente en Chile y Perú, pero también miramos otras geografías como Norteamérica. Queremos que el cobre sea nuestra bandera de batalla y hacer crecer nuestra producción”, concluye.