Revista Corporativa Empresas Copec Edición 120
Conoce nuestra última edición – Crónicas de largo plazo
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El nuevo ciclo político que se inicia debiera ser una adecuada oportunidad para recuperar la mirada estratégica y de largo plazo que Chile ha ido perdiendo. Además de enfrentar las tareas apremiantes, como son los temas de seguridad y recuperar el ritmo económico, no podemos seguir postergando las grandes transformaciones que se requieren para hacer realidad los sueños de un mejor país. Ese sueño que nos habla de ambiciosos proyectos, así como también de los inevitables sacrificios. El país necesita una hoja de ruta compartida, capaz de abordar tanto las urgencias como los desafíos estructurales de los tiempos que vivimos: cambio climático y crisis ambiental, irrupción de la inteligencia artificial en todos los ámbitos, fragmentación de la cohesión social, desinformación, transición energética, envejecimiento poblacional y la ausencia de libertades que entreguen más oportunidades a toda la sociedad, entre tantas otras materias. Si algo ha demostrado la historia reciente, es que los países que logran avanzar en forma perdurable no son los que tienen más recursos, sino los que saben construir consensos en torno a sus prioridades fundamentales. Aquí es donde toma sentido una convicción que hemos sostenido con fuerza: no más cortoplacismo. Una cruzada que comenzamos hace dos años y que hoy seguimos impulsando decididamente, esta vez con un segundo llamado: piensa distinto, piensa futuro. Pensar distinto no es un eslogan creativo; es un acto de valentía. Es desafiar lo evidente, renunciar a certezas, admitir que nuestras verdades pueden estar incompletas. Es aceptar que otros, a veces los menos esperados, pueden mostrarnos caminos más amplios, más humanos y más fecundos. Es detenerse cuando todos corren. Es hacerse preguntas cuando todos creen en respuestas rápidas. Es tener el coraje de mirar un poco más lejos, incluso cuando lo urgente nos lo impide. Es, también, detenernos y hacernos preguntas difíciles e incómodas, pensando en las futuras generaciones. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que todos desarrollen sus proyectos? ¿Cómo evitamos que la tecnología profundice desigualdades? ¿Son suficientes las medidas que estamos llevando a cabo para afrontar la crisis climática? ¿Qué queremos preservar de nuestra humanidad y qué no? No hay respuestas fáciles. Pero sí sabemos algo: el futuro exige que pensemos distinto. El ser humano es el único ser vivo capaz de trascender su instinto de supervivencia. Somos una especie que interpreta, crea, decide, elige valores, se compromete con causas y proyecta futuros. Podemos pensar distinto, a largo plazo, e imaginar antes de construir. Pero a veces pareciera que hemos perdido esa capacidad. La urgencia nos consumió y la inmediatez nos robó el horizonte. Hace unos años tomamos una decisión que para un holding empresarial no era ni obvia ni exigida: definir un propósito y compartirlo con la sociedad. Cuando iniciamos ese camino nos acompañó una frase del Nobel Rabindranath Tagore, y que nos marcó profundamente: “Quien planta árboles sabiendo que nunca se sentará en su sombra, ha comenzado a comprender el sentido de la vida”. Esas palabras expresan con sencillez la profundidad que nos inspira, que nos guía y que nos impulsa a hacer las cosas cada día. Nos invitan a trabajar no solo por el presente, sino por un futuro al que quizás no lleguemos, pero que otros sí habitarán. Por eso decidimos mirar con otra perspectiva y asumir un rol más grande que la sola creación de valor económico. En un mundo dominado por la inmediatez —el clic, el algoritmo, la recompensa instantánea— apostamos por lo opuesto: pensar a largo plazo. Porque creemos que somos responsables de lo que heredarán las futuras generaciones. Porque queremos intentar dejarles a los que vienen una sociedad mejor, más justa y más unida. Por eso, entre otras cosas, lanzamos una comunicación que no busca vender nada. Solo busca decir lo que creemos. No mostramos productos; mostramos principios. No invitamos a comprar; invitamos a pensar, a actuar distinto. Esa forma de pensar distinto debe permear hoy las grandes decisiones del país. Porque Chile no parte de cero. Contamos con ventajas estructurales que no podemos seguir desaprovechando: una matriz energética limpia, talento empresarial, estabilidad política y macroeconómica, y recursos naturales estratégicos, entre otros. Y para convertir esas ventajas en desarrollo, necesitamos algunas condiciones esenciales. Entre otras, un Estado moderno y facilitador que, en vez de ser un obstáculo, propicie la generación de nuevos proyectos, velando, a su vez, por el medioambiente y el patrimonio natural del país. En Chile los proyectos de inversión toman mucho más tiempo que en otras latitudes, lo que inhibe decisiones de inversión y, por lo tanto, generación de empleo, crecimiento y bienestar. La modernización del aparato público no es solo un asunto técnico, es una condición política y cultural para que las cosas ocurran. Se requiere, además, un entorno tributario estable y competitivo, que ofrezca certidumbre al mundo emprendedor. Esto siempre será un activo relevante para generar confianzas, más aún frente a proyectos de inversión que verán réditos en horizontes largos. Y también es indispensable promover una cultura de consensos, que permita avanzar en grandes acuerdos, en pos de resolver tantos desafíos pendientes. Y este es quizás el punto más relevante de todos. Porque aunque las cifras y los análisis son importantes, lo que define a una sociedad es su capacidad de imaginar el futuro. Por eso es tan esperanzador constatar que hoy —después de años de escepticismo— el país vuelve a mostrar señales de optimismo. Según la Encuesta Bicentenario, el 59% de los chilenos cree que en los próximos 10 años se habrá alcanzado o avanzado significativamente hacia el desarrollo. Es el nivel más alto desde 2010. Ese optimismo no debe ser subestimado. Al contrario, es una oportunidad histórica para alinear voluntades, renovar liderazgos y volver a tener proyectos compartidos. Porque sin ellos los países se pierden en la trampa de la coyuntura, administrando crisis sin resolverlas del todo y postergando indefinidamente el futuro. Y para eso, tenemos que volver a pensar en grande, a pensar y actuar distinto. Porque el futuro no es un destino, es una decisión.
Pensar distinto, pensar futuro. Por Eduardo Navarro Leer más »
El presidente de Empresas Copec fue nombrado “Cavaliere del Lavoro 2025”, una de las más altas condecoraciones otorgadas por la República Italiana a figuras del ámbito empresarial y que, hace exactamente 20 años, recibió don Anacleto Angelini. El reconocimiento fue conferido por el Presidente de la República de ese país, Sergio Mattarella, a un selecto grupo de 25 empresarios que se han distinguido por sus logros, conducta intachable y contribución al desarrollo económico y social. Con su señora, sus cuatro hijos, nueras y nietos viajó Roberto Angelini a Italia en octubre a recibir este importante reconocimiento. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio del Quirinale, la sede de la Presidencia de la República, en Roma. A este evento solo pudo asistir con su señora y sus cuatro hijos, ya que los cupos eran muy limitados y con él hicieron una excepción por haber viajado desde otro país. “Nos recibieron en este palacio, que es muy bonito, muy elegante. Y fue una ceremonia emotiva, íntima, donde pasaban muchas cosas por mi cabeza. Estar ahí sentado, más de 70 años después de dejar Italia para migrar a Chile, y volver para que el Presidente de la República te entregue un galardón de esta naturaleza es una cosa indescriptible. Así que fue muy emocionante”. Roberto Angelini destaca el discurso que dio el Presidente Mattarella durante la condecoración. “Me llamó la atención cómo el Gobierno valora el aporte que hacen los empresarios, el apoyo que hay desde el nivel más alto del país a los emprendimientos, a las inversiones, a las iniciativas de las empresas. El hecho de que se entregue este reconocimiento demuestra la relevancia que le dan al mundo empresarial y cómo perciben el rol que este tiene en la sociedad”. Tras la ceremonia se realizó una cena de gala, a la cual Roberto Angelini pudo asistir con su familia, incluyendo ahora también a sus nueras y nietos. “Fue muy conmovedor, ya que muchos de los galardonados son de mi edad, por lo tanto, tenían hijos de la edad de los míos y en esta cena pudieron conocerse y compartir”. Un homenaje a la mamma Roberto Angelini ya conocía a los otros empresarios premiados, pues se habían reunido en Venecia, en junio de este año. Ahí él tuvo que hacer una presentación, en italiano, contando quién era y cuáles eran sus negocios. “Me tocó al final, cuando ya habían hablado los otros 24 premiados, así que para relajar un poco el ambiente les conté una anécdota. Sucede que allá solo se usa el apellido paterno, no los dos como acá en Chile. Pero a mí me nombraron con mis dos apellidos: Angelini Rossi. Y yo dije: ‘Buenas tardes, sí, me nombraron con los dos apellidos y les diré por qué: en Chile es obligación usar el apellido de la mamá’. Y enseguida tenía a todas las mujeres aplaudiendo. Y cuando termino de hacer mi discurso, me peguntan por qué hablo tan bien italiano y yo dije: ‘Nuevamente gracias al poder femenino, porque mi madre me enseñó el idioma’. Así que otra vez recibí varios aplausos. Fue muy lindo poder hacer ese homenaje a mi madre, Silvana”. Roberto Angelini siempre destaca que ella fue muy importante para mantener vivas las raíces italianas en su familia. Con una vida armada en Chile, los Angelini Rossi nunca perdieron sus lazos con su amada tierra natal. Han visitado frecuentemente a su ciudad natal, Ferrara, donde aún tienen familiares. Además, han disfrutado siempre de la buena mesa italiana, para lo cual Silvana Rossi hacía la pasta con sus propias manos. Muy comunes también eran las largas conversaciones que Roberto y su hermana Patricia tenían con ella en italiano, manteniendo vivo el idioma, sus costumbres, sus raíces. El único extranjero La Orden al Mérito del Trabajo (Ordine al Merito del Lavoro) no solo reconoce resultados sobresalientes en el mundo de los negocios, el desarrollo y la creación de empleo, sino que, sobre todo, destaca el fuerte compromiso ético y la responsabilidad social de los condecorados. Entre los requisitos se cuentan una trayectoria de al menos 20 años de actividad continua y responsable, así como una conducta civil y social intachable, y el cumplimiento de todas las obligaciones legales y fiscales. Cada año son reconocidos 25 empresarios italianos, de los cuales solo uno puede residir en el extranjero, que fue el caso de Roberto Angelini. Al respecto, la embajadora de Italia en Chile, Valeria Biagiotti, señala: “Su visión, su ética y su capacidad para crear valor de manera sostenible representan un ejemplo raro y valioso. Este reconocimiento refleja también los profundos lazos que Roberto Angelini ha sabido mantener con Italia, demostrados en una colaboración constante. Su nombramiento es motivo de orgullo y refuerza aún más el puente económico y cultural entre Italia, Chile y las realidades en las que opera el Grupo Angelini”. Entre los otros galardonados en 2025 figuran destacados referentes del empresariado italiano, como Francesco Milleri, presidente y CEO de Luxottica Group y EssilorLuxottica Group; Claudio Descalzi, CEO de Eni; Patrizio Bertelli, presidente ejecutivo del Grupo Prada; Alfonso Dolce, presidente del Grupo Dolce&Gabbana, entre otros. Con estos nuevos nombramientos, el cuerpo de los Cavalieri del Lavoro asciende a 615 miembros. Un reconocimiento compartido Para el presidente de Empresas Copec, esta condecoración tiene un significado muy especial, ya que su tío Anacleto Angelini lo recibió en 2005, a sus 91 años. Por temas de salud él no pudo viajar a Roma, así que se hizo una ceremonia íntima en su casa, donde el embajador de Italia en Chile le entregó el reconocimiento. Allí lo acompañaron su señora, María Noseda; su sobrino Roberto Angelini, personas de su círculo familiar más cercano y ejecutivos del Grupo. “Recibir esta condecoración, que también obtuvo mi tío Anacleto, significa mucho para mí. Siento que es un reconocimiento a todo el trabajo y esfuerzo de los fundadores de este grupo empresarial: mi padre, Gino, y mi tío, Anacleto, quienes llegaron a Chile a emprender buscando una nueva oportunidad para nuestra familia tras los estragos de la guerra”. Por último, el presidente de Empresas Copec comenta: “Este reconocimiento tiene un profundo significado para mí y mi familia. Lo recibo con gran emoción por venir desde Italia, donde están mis más profundas raíces. A su vez, por reconocer el compromiso que, por tanto tiempo, hemos sostenido con el desarrollo de Chile y de los países donde estamos presentes. Quiero compartir este logro con los miles de colaboradores del Grupo, con quienes trabajamos día a día con la convicción de seguir construyendo un mejor mundo para las futuras generaciones”.
Roberto Angelini: “Comparto este logro con todos los colaboradores del Grupo”. Leer más »
Por Carlos Peña Abogado, académico, con estudios de posgrado en Sociología y Doctor en Filosofía, es uno de los intelectuales más influyentes de Chile. Desde 2007 se desempeña como Rector de la Universidad Diego Portales. Figura central del debate público, es columnista dominical de El Mercurio y participa activamente en instituciones como CIPER Chile y el Museo de la Memoria, donde integra sus directorios. Es autor de numerosos libros y ensayos, su obra aborda temas de filosofía política, sociedad y vida democrática, lo que lo ha consolidado como una de las voces más relevantes del pensamiento contemporáneo en el país. Recientemente publicó Humanidades, libro en el que reflexiona sobre el papel crucial que estas disciplinas cumplen en la cultura y la vida social. Para advertir la importancia de las humanidades, y caer en la cuenta de lo que perderíamos si prescindiéramos de ellas, puede ser útil comenzar dando un vistazo en derredor. Recorra con su mirada lo que lo rodea. ¿Qué ve? Es probable que vea un mall o un centro comercial, una iglesia, una calle que va en esta o en aquella dirección, una escuela o una universidad. E incluso es probable que mientras usted lee estas líneas se encuentre en una oficina, o en una casa, o en un parque, o que le dé un vistazo apenas mientras carga bencina en una estación de servicio. Pero ¿qué son el mall, la iglesia, la calle, la escuela, la universidad, la oficina o la estación de servicio que ahora ve? Es evidente que ninguna de esas cosas que usted dice ver puede ser reducida a la materialidad que las constituye, a los materiales de que están hechas o construidas. No son ni edificios ni simples objetos físicos. Desde el punto de vista material, una iglesia no se diferencia en nada de un centro comercial, ambas están construidas de materiales similares, e incluso un observador que viera lo que en ellas ocurre, y se detuviera a describir el comportamiento externo de quienes en ellas se reúnen, no advertiría diferencias: ambos lugares congregan personas, en ambos hay gente mirando con detención cosas o figuras mientras caminan a paso lento. Luego, debiéramos concluir que lo que nos rodea no son hechos. Son significados, sentidos invisibles. Estamos, pues, rodeados de significados que subyacen a las cosas. Nuestro mundo, en suma, no es una suma de hechos, no está compuesto de meras facticidades. Lo propiamente humano es dotar de significado a los hechos, atribuir un sentido a lo que nos rodea. Sabemos que hubo algo humano allí donde hay un signo o un símbolo, un esfuerzo por representar un significado. Incluso, el paisaje -el espacio que lo rodea, la disposición de los árboles- tiene un cierto significado. E incluso cuando se trata de naturaleza en bruto, decimos que en ella subyace la maravilla del universo. Es como si el mundo fuera un texto lleno de significados que desciframos espontáneamente y en medio del cual nos movemos. Octavio Paz, el gran ensayista y poeta, escribió un ensayo cuyo título describe bien nuestra condición: El mono gramático, mono sí, sin duda; pero capaz de manipular y producir signos. Y en otro de sus ensayos – Claude Levi-Strauss o el nuevo festín de Esopo– insiste en la misma idea. La de que estamos rodeados de textos a ser leídos o descifrados, la sociedad entera y la cultura como un sistema de comunicaciones. ¿Qué relación media entre ese fenómeno que nos rodea, una realidad constituida por significados, y las humanidades? Para saberlo es útil detenerse ahora brevemente en las ciencias y la tecnología. Las ciencias y la tecnología son capaces de gigantescos prodigios que van desde el rediseño del genoma a la inteligencia artificial y ello gracias a su manejo y dominio de la facticidad, de los hechos. El mundo en derredor es para la ciencia un mundo de hechos, de causas entrelazadas unas con otras, una gigantesca cadena de causalidades que cuando la conocemos nos permiten manipular el mundo a nuestro amaño. En la medida en que todo son hechos vinculados unos con otros, para la ciencia la muerte de un niño o el apagarse de una estrella son equivalentes. En ambos casos se trata de entropía, de la segunda ley de la termodinámica, así se trate de la muerte de un niño por una enfermedad repentina. Y es que la ciencia -no los científicos, la ciencia en cuanto tal- es ciega al significado. Para ella el significado carece de relevancia puesto que no es un hecho. Por eso, si tuviéramos solo ciencia, si entusiasmados con los prodigios de que ella es capaz destináramos todos nuestros esfuerzos a la ciencia, la tecnología y la innovación, y descuidáramos a las humanidades, la literatura, la filosofía, el arte, el mundo en torno nuestro acabaría desapareciendo o, lo que es casi lo mismo, nosotros nos volveríamos ciegos a él y acabaríamos moviéndonos y deslizándonos en medio de puros hechos. Así, la literatura, la filosofía, el arte, la música, la arquitectura, nos permiten ver o apreciar el mundo en derredor, caer en la cuenta de que todo él es un mundo de significados, de cosas que se estiran más allá de sí mismas, como si la realidad real, aquella que nos importa y que nos seduce, no fuera el edificio o el paisaje, sino el sentido que les subyace y hacia lo que él apunta o indica. Las humanidades son, pues, un ejercicio de lectura del significado que subyace a lo que nos rodea. No es raro entonces que en el origen de lo que hoy llamamos humanidades se encuentre la filología. La filología es más antigua incluso que la filosofía y consiste en la delectación, el asombro que produce el misterio del lenguaje, el hecho de que los signos que ahora escribo sobre el papel, o los sonidos que emitimos cuando conversamos, la rara circunstancia que con un puñado de signos podamos representarnos una circunstancia o incluso un mundo completo. Los primeros filólogos (hoy diríamos los primeros que se dedicaron al cultivo de las humanidades) se preguntaron cómo era posible que las palabras significaran, cómo era posible que un puñado de dibujos o sonidos nos permitiera tener un mundo en común. Todos ellos, desde los tiempos en que aparecen los poemas homéricos, hacia el siglo VI a.C., y de ahí hasta nosotros, se
¿Importan las humanidades? Por Carlos Peña Leer más »
La cita reunió a inversionistas, analistas financieros y ejecutivos del Grupo para profundizar en los proyectos estratégicos que Empresas Copec está impulsando en recursos naturales y energía. “Hoy existe el consenso de que las empresas tienen que comunicar, manteniendo al mercado al tanto de sus decisiones y evitando sorpresas. Por eso ofrecemos este espacio donde los inversionistas y analistas interactúan no solo con las áreas de finanzas, sino con quienes lideran las líneas de negocios”, afirma Rodrigo Huidobro, gerente de Administración y Finanzas de Empresas Copec, al explicar el sentido del Investor Day. 9:00 horas en punto y en el epicentro corporativo santiaguino, en un salón lleno, comenzó el encuentro con la exhibición de un video. “En Empresas Copec somos inconformistas”, afirmaban los CEOs del Grupo en el registro, aludiendo a los proyectos en los que trabajan y a su convicción compartida de innovar, buscar la excelencia y mantener siempre una visión de largo plazo en sus negocios. Tras ese mensaje inicial, Eduardo Navarro, gerente general de Empresas Copec, tomó la palabra y presentó los ejes que orientan la hoja de ruta de la Compañía para los próximos años. Luego, fue el turno de los ejecutivos de las compañías Copec, Marcobre, Abastible y ARAUCO, quienes profundizaron en las iniciativas prioritarias que impulsarán en sus distintas áreas de negocio. Los casi 200 asistentes, analistas e inversionistas institucionales de Chile y el extranjero, y directores y ejecutivos del Grupo, siguieron las exposiciones y dispusieron de un espacio presencial y online para resolver dudas y profundizar en los temas presentados. Así, el evento avanzó desde la visión estratégica global hacia una mirada más operativa, permitiendo a los presentes comprender tanto el marco general como las prioridades concretas de Empresas Copec y sus filiales. Empresas Copec: visión de largo plazo Prudencia financiera, énfasis en la rentabilidad y ejecución impecable serán los focos para llevar adelante los negocios prioritarios de Empresas Copec en los años por venir. Así lo expresó Eduardo Navarro en la primera presentación del Investor Day 2025. En 20 minutos, el ejecutivo respondió tres preguntas clave: cómo EC invierte a largo plazo, de qué manera preserva el valor creado en el tiempo, y qué nuevas iniciativas generarán valor para el holding en el futuro. En función de esto, detalló los criterios que guían la asignación de capital de la Compañía, con foco en los sectores de recursos naturales y energía. Entre estos se encontraban la apuesta por proyectos que generan una rentabilidad adecuada para su nivel de riesgo; negocios donde es posible transferir capacidades operativas y generar sinergias entre filiales; la combinación equilibrada entre desarrollo y adquisiciones según los ciclos de mercado, y una gestión activa del portafolio que considera desinversiones cuando dichos activos pueden capturar mayor valor en manos de otros operadores. En cuanto a la preservación de valor, Navarro mencionó que Empresas Copec impulsa sus operaciones mediante procesos de innovación transversal, la sostenibilidad de sus actividades, sólidos sistemas de gobernanza y un enfoque decidido en la creación de valor social y humano. Por último, al abordar la generación de valor futuro, el CEO dijo que las prioridades que movilizarán al Grupo en los próximos tres años son el proyecto Sucuriú de ARAUCO, Justa Subterránea de Marcobre y las iniciativas ligadas a la transición energética que lideran Copec y Abastible. Estas líneas fueron desarrolladas en las presentaciones posteriores. Liderazgo en distintos sectores Este año, a diferencia del anterior, el Investor Day centró su mirada en la evolución de los proyectos en ejecución más que en las estrategias globales de las filiales. “Después de evaluar dónde estaba el principal interés del mercado, decidimos enfocarnos en ahondar en los proyectos que hoy estamos ejecutando, que son los que generan más preguntas”, comentó Cristián Palacios, subgerente de Finanzas y Relación con Inversionistas de Empresas Copec. El objetivo fue entregar información actualizada que permitiera dimensionar su impacto en el desempeño del Grupo. “Lo principal es que los inversionistas puedan ver cómo están avanzando los proyectos, la buena ejecución que hay detrás de estos y cómo generan valor”, añadió Olivia Tafra, jefa de la misma área y quien moderó la jornada. En esa línea, el encuentro se configuró como un espacio para transparentar hitos, explicar decisiones operacionales y mostrar la gestión que distingue a cada filial. Sucuriú: el poder de la gran escala A tiempo, dentro del presupuesto y con calidad. Ese fue el mensaje central que transmitió Iván Chamorro, vicepresidente Forestal y de Celulosa de ARAUCO, al presentar el estado de avance del proyecto Sucuriú en Brasil. Se trata de la mayor inversión en la historia de Empresas Copec, que considera la construcción de una planta de celulosa con una capacidad de producción de 3,5 millones de toneladas anuales. Chamorro informó que la ejecución se mantiene dentro de los parámetros de plazo y presupuesto definidos, con un avance de un 32,1% a octubre de 2025. Esta cifra representa una desviación favorable de 5,1% respecto de lo proyectado. El inicio de operaciones se estima para finales de 2027. Una vez operativa, permitirá un aumento significativo de la escala productiva y una mayor diversificación geográfica. Mina Justa: desarrollando mineral clave para el futuro “Voy a explicar por qué creemos que Marcobre está en el commodity correcto y en los tiempos correctos”. Con esas palabras, Luis Sánchez, CEO de la filial, inició su presentación y añadió: “Tenemos el propósito de transformar minerales en bienestar para la humanidad, y somos ambiciosos: queremos que Mina Justa sea una máquina perpetua de producción de cobre”, aludiendo a su visión de largo plazo. En su exposición describió los progresos de Justa Subterránea en Perú, iniciativa que incrementará las reservas de cobre en Mina Justa en 30% y su vida útil entre cuatro y cinco años, en un escenario favorable para el metal rojo, dada su importancia en la transición energética y el desarrollo tecnológico. Con una inversión de alrededor de US$ 500 millones, se convertirá en la segunda mina subterránea más grande de Perú. Copec y Abastible: impulsando la energía del mañana Ambas filiales están expandiendo sus capacidades para avanzar en soluciones energéticas más limpias y eficientes. En sus presentaciones se mostró cómo cada empresa aporta, desde su especialidad, a una misma dirección estratégica, orientada a marcar la pauta en la transformación del sector energético. Leonardo Ljubetic, gerente de la División Desarrollo de Copec, abordó la visión de la filial de liderar la transición energética en Latinoamérica y expuso las iniciativas que están implementando en electromovilidad, energías renovables y nuevos modelos tecnológicos. “Queremos crear valor aprovechando oportunidades impulsadas por los cambios en los comportamientos de los consumidores, las prioridades de sostenibilidad, las tecnologías emergentes y la evolución de las dinámicas de
Empresas Copec: Investor Day 2025: creando valor de largo plazo Leer más »
En el marco de las iniciativas que son parte de la cruzada contra el cortoplacismo, Empresas Copec formó un Comité de Largo Plazo. Liderado por el gerente general de la Compañía, Eduardo Navarro, su objetivo es impulsar una reflexión profunda y sostenida sobre los desafíos sociales, ambientales y económicos, levantando temáticas prioritarias para la sociedad actual y futura, y analizar la posibilidad de concretarlas. En esta oportunidad el conversatorio de Empresas Copec reunió a cinco miembros de este comité a compartir ideas y experiencias sobre la importancia de tener una visión de largo plazo y su impacto en diversos ámbitos. En esta nueva edición participaron Ignacio Briones, presidente de Horizontal y exministro de Hacienda; Maite de Cea, vicerrectora de Investigación e Innovación de la Universidad Diego Portales; Tomás Dittborn, socio de Parrhesia; Aldo Mascareño, Investigador senior del CEP y editor de la revista Estudios Públicos, y Carolina Torrealba, vicerrectora de Investigación y Doctorado de la Universidad Andrés Bello. El encuentro fue moderado por Francisca Riveros, gerenta de Comunicaciones de Empresas Copec. La pregunta ¿qué significa para ustedes pensar a largo plazo? abrió la conversación. Para Carolina Torrealba es un hábito indispensable. “El contexto de inmediatez, donde en el día tienes muchos pensamientos en la cabeza, hace que pensar a largo plazo sea una práctica que hay que, por lo mismo, practicar con cierta rigurosidad. En este sentido, estamos mucho más susceptibles a equivocarnos, es decir, no detenernos en el minuto indicado, no hacer la reflexión en el momento adecuado, no ponerle el contexto que debiste haberle puesto porque estabas corriendo. Y es importante destacar que hacerlo es un lujo, en una sociedad en la cual, tal vez por distintas condiciones apremiantes, la gente en general no puede tener ese espacio”. Por su parte, Aldo Mascareño afirma: “Coincido en que es un lujo, porque me parece que el presente que cada uno de nosotros cotidianamente enfrenta es enclaustrador, te encierra, te enfoca en una cuestión, a cumplir una tarea, a hacer algo, muchas veces dos o tres cosas al mismo tiempo. Entonces, tener un tiempo en el día, en la mañana, en la noche o en algún momento para pensar a largo plazo, es algo que te libera de ese encierro del presente, de cumplir la tarea. Y es algo que te abre las perspectivas, un horizonte, que te saca de esa inmediatez, del enclaustramiento. Y que te permite libertad. Esa idea de un futuro abierto es tremendamente liberadora respecto de la presión que cada uno de nosotros tiene en el presente”. Maite de Cea concuerda y afirma: “Creo que no podemos eximirnos del corto plazo. O sea, el corto plazo está y no podemos escaparnos de él. Por su parte, lo que hace el largo plazo es que nos abre miles de posibilidades, y ese sinfín de opciones nos hace, efectivamente, ser más libres. Si uno tiene una mirada de largo plazo, tiene tiempo para observar, planificar, proyectar, anticiparse reflexivamente y esto puede ser con un propósito o con muchos posibles propósitos”. Tomás Dittborn añade: “Pensar a largo plazo requiere una cierta calma, es de alguna manera un acto contraintuitivo, porque vivimos en un tiempo tan dinámico donde cuesta mucho lograr esta calma. Sin embargo, es un requisito para poder prestar verdadera atención, para reflexionar sobre posibles futuros, lo que también es difícil, porque tenemos demasiados distractores permanentemente y en todos ámbitos de nuestra vida. Creo, entonces, que hay que batallar bastante contra la acción para producir el espacio que te dé la calma para poder lograr ese pensamiento más de largo plazo”. Ignacio Briones comenta: “Pensar a largo plazo, de alguna manera, es tener proyectos, y estos requieren de una capacidad de abstracción, de imaginar un escenario futuro sin necesariamente saber qué pasa entremedio. Por lo tanto, en ese imaginario, que pasa por abstraer, por razonar, por pensar, hay un componente inherente de tomar riesgos. Por otro lado, el ser humano está seteado para tener un sesgo presentista. O sea, tenemos nuestra parte animal, donde lo más cortoplacista de todo son los instintos: vivir el día a día, sobrevivir. Pero el ser humano tiene esa diferencia fundamental con cualquier otro ser vivo o de la especie animal, y es que tiene la capacidad de razonar. Pero eso exige un esfuerzo, entonces, pensar a largo plazo siempre tiene una renuncia, pero nos cuesta renunciar, porque queremos todo aquí y ahora. Y por eso requiere abstracción, marco analítico y, además, una virtud fundamental que es la prudencia para equilibrar adecuadamente el corto plazo, que es vital, con el largo plazo que también lo es”. La visión de largo plazo en una organización ¿Qué tan relevante es que las empresas o las instituciones, en general, tengan una mirada de futuro? Todos concuerdan en que es fundamental. Al respecto, Ignacio Briones asevera: “Uno necesariamente debe tener en consideración cómo afectan mis decisiones a la empresa y a la sociedad hoy día y mañana. La pregunta es cómo uno equilibra prudentemente ambas cuestiones. En un extremo, yo puedo hacer la ‘pasada’ de corto plazo y cierro la empresa. En el otro extremo uno diría voy a renunciar a todo, voy a vivir en la miseria en pos de una recompensa futura. Uno diría que esa persona no es prudente. Y eso también aplica a las discusiones de nuestro entorno, a los recursos naturales y a las decisiones empresariales. Sin embargo, la mirada extrema de ‘no toquemos nada’, del decrecimiento, en aras de preservar intocados nuestros recursos para mañana mientras en paralelo hay gente que vive en la pobreza, es inmoral. Entonces hay que combinar las dos cosas y la manera de darle sostenibilidad a la empresa. Y, por otro lado, como dije antes, cualquier proyecto de largo plazo conlleva riesgo, y la marca del empresario, a diferencia del rentista, es invertir en proyectos que tienen riesgo. Y eso implica que a veces puede fracasar, lo que hace todavía más difícil la toma de decisiones. Pero eso es lo que distingue a un empresario de alguien que simplemente vive de la riqueza que le generan las rentas”. Carolina Torrealba agrega: “Yo creo que cualquier institución tiene que estar mirando permanentemente a largo plazo. Una empresa, una universidad, el Estado. Deben ir construyendo escenarios posibles, ponderando la libertad, la prudencia, el riesgo, pero también esa imaginación como un acto constitutivo humano, cualquiera sea esa empresa, en un contexto muy amplio de la palabra”. Maite de Cea, por su parte, relaciona el largo plazo en una empresa con su reputación. “Yo creo que el largo plazo te obliga a pensar en el impacto que generas en
Conversatorio Empresas Copec: Reflexiones sobre largo plazo y futuro Leer más »
En el marco de la campaña “No más cortoplacismo”, Empresas Copec lanzó recientemente una nueva etapa de comunicación, que busca profundizar este mensaje con un enfoque de futuro y en línea con su propósito corporativo: “Forjar un mundo para las futuras generaciones”. Más de 2,5 millones de chilenos detuvieron sus actividades cotidianas el pasado 10 de noviembre para ver el último debate de la primera vuelta presidencial, según Kantar Ibope Media. En este, los entonces ocho candidatos, incluidos José Antonio Kast y Jeannette Jara, presentaron sus propuestas de cara al país. Fue en esta instancia donde Empresas Copec lanzó una nueva pieza audiovisual que llama a la reflexión. La escena muestra un paisaje con un enorme árbol en el centro. Al acercarse, en cada una de sus ramas inferiores aparecen distintos grupos generacionales compartiendo y disfrutando la vida: conversan, tocan música, posan para una fotografía. En ese momento se escucha: “Desde siempre, cada generación ha buscado dejar un legado a la generación siguiente”. Al elevarse el plano, las ramas superiores muestran nuevas imágenes de generaciones que se acercan a la actual. La voz en off continúa: “Desde siempre, cada generación ha buscado gozar de una mejor vida que la anterior”. De pronto, la música cambia y abre paso a un clima de alerta, “hasta ahora”. Cinco niños, uno al lado del otro, están de pie en una rama. La cámara se aleja y revela lo que realmente ocurre: la rama está cortada, dejando muy poco espacio para los protagonistas. Y se trata de un árbol muy alto. Los niños están en riesgo. “No más cortoplacismo”, dice la voz. Parecía que este era el final del mensaje, pero el relato continúa. Frente a la desesperanza, una nueva rama surge y uno de los niños reaparece, ahora caminando descalzo sobre una robusta rama firme. “Para que un mejor futuro comience hoy, #PiensaDistintoPiensaFuturo”, concluye. “Lanzamos una campaña con un enfoque en las futuras generaciones, que nos invita a reflexionar sobre el legado que queremos dejarles a los que vendrán después de nosotros”, afirma Francisca Riveros, gerenta de Comunicaciones de Empresas Copec, sobre esta nueva fase de la campaña. Una campaña que no busca vender En julio de 2024, Empresas Copec lanzó su campaña #NoMásCortoplacismo, con una pieza audiovisual que pretendía remecer y generar conciencia sobre los riesgos de la mentalidad a corto plazo centrada en el ícono de un reloj de arena. Respecto de esa primera etapa, Eduardo Navarro, gerente general de Empresas Copec, explica: “Hace unos años tomamos una decisión de redefinir nuestro propósito corporativo. Cuando iniciamos ese camino, nos acompañó una frase de Rabindranath Tagore que nos marcó profundamente: ‘Quien planta árboles sabiendo que nunca se sentará en su sombra, ha comenzado a comprender el sentido de la vida’. Esas palabras expresan con sencillez la profundidad que nos inspira, que nos guía y que nos impulsa a hacer las cosas mejor cada día. Nos invitan a trabajar no solo por el presente, sino por un futuro al que quizás no lleguemos, pero que otros sí habitarán”. La importancia de posicionar la mirada a largo plazo y la relevancia de actuar ahora como eje del relato fue clave: del relato fue clave: “Si bien tenemos la posibilidad de elegir nuestro futuro y proyectar a largo plazo, estamos atrapados en el cortoplacismo, en lo urgente, en lo inmediato”, asevera Tomás Dittborn, socio de Parrhesia. En esa línea, Francisca Riveros complementa: “Es por ello que lanzamos una campaña que no busca vender nada. Solo busca compartir lo que creemos. No mostramos productos, mostramos principios, el valor del largo plazo. No invitamos a comprar un producto ni a contratar un servicio, sino a reflexionar”. El desafío era continuar en una nueva etapa que permitiera consolidar el mensaje, integrando nuevos conceptos, como “pensar distinto”. “Cuando lanzamos el reloj de arena, el cortoplacismo todavía no estaba instalado como un problema en la conversación pública, por lo que necesitábamos remover, inquietar y ponerlo sobre la mesa. Ahora, con esa primera fase cumplida, ya no era necesario incomodar tan bruscamente, sino profundizar de cara al futuro”, asevera María Luisa Vicuña, socia de Parrhesia. De este modo, un equipo conformado por la Gerencia General y Gerencia de Comunicaciones de Empresas Copec, y los asesores Parrhesia y SIMPLE, inició un camino creativo hacia un nuevo concepto. Según Tony Sarroca, socio y director creativo de SIMPLE, este objetivo no sería fácil: “Esto requería tiempo, evolución en la forma y en el fondo, y esta segunda etapa aspira precisamente a abrir los ojos sobre el propósito mayor detrás del mensaje”. Del reloj de arena al árbol de la vida Con el reloj de arena la Compañía perseguía evocar el sentido de urgencia y límite. Ahora, el propósito era distinto: reflejar la fragilidad del futuro, pero con un llamado de esperanza. De esta forma, surge la idea del árbol de la vida como ícono para este renovado mensaje. “Es un símbolo colectivo que representa generaciones. Al unirlo con la idea de que una de esas ramas, la futura generación, podría dejar de crecer por culpa del cortoplacismo, logramos un símbolo vivo y emocional que la gente entiende de inmediato”, señala Tony Sarroca. Al respecto, María Luisa Vicuña complementa: “Por primera vez en mucho tiempo, vemos que quienes vendrán pueden tener un peor vivir que la anterior generación, lo que evidencia la fragilidad de nuestro progreso y la urgencia de pensar a largo plazo. Es por eso que la nueva campaña grafica muy bien la ruptura de esa esperanza instalada por décadas. Poner ese quiebre sobre la mesa es profundo y valiente, porque obliga a hacerse cargo”. Francisca Riveros añade: “Nos planteamos como uno de los objetivos de esta etapa reflexionar sobre el progreso de las generaciones y su continuidad en el tiempo, porque si bien las nuevas generaciones parecieran tener acceso a mejoras materiales y oportunidades, estudios plantean que se sienten más desesperanzadas que nunca. La campaña busca poner en evidencia, precisamente, esa contradicción”. Es así como esta segunda etapa pretende mantener el mensaje “No más cortoplacismo” de la primera fase, al visibilizar los efectos negativos de priorizar los beneficios inmediatos por sobre el bienestar a largo plazo, y mostrando cómo los cimientos de un futuro sostenible y próspero para las generaciones venideras se ven comprometidos si esta mentalidad perdura. A su vez, se incorpora una ejecución creativa en un tono más positivo y optimista, centrando el protagonismo en ese futuro esperanzador que se puede lograr si se aborda a tiempo esta temática. De este modo, también cambia el concepto detrás: “Piensa distinto. Piensa futuro”. Una invitación a líderes y a tomadores de decisión a incorporar una mirada de largo plazo. En este sentido, Navarro reflexiona: “En el mundo empresarial solemos repetir
Nueva campaña de Empresas Copec: Pensar en las futuras generaciones Leer más »
Tres líderes históricos de Copec -Baltazar Sánchez, Jorge Bunster, Lorenzo Gazmuri- y su actual gerente general, Arturo Natho, repasan los hitos, desafíos y aprendizajes que han marcado el camino de Copec desde 1935. Acá recuerdan sus años al mando de una compañía que ha sabido conectar a Chile, así como anticiparse y adaptarse a los nuevos tiempos. En agosto de 1935, una pequeña y naciente empresa chilena realizaba su primera carga de combustible en Valparaíso y Viña del Mar. Imágenes de la época muestran cómo esas ventas se hacían, incluso, en vasijas recubiertas de mimbre, cargadas en burros, reflejo de cómo el progreso comenzaba a abrirse paso en un país muy distinto al actual y donde Copec daba sus primeros pasos impulsado por una convicción que sigue intacta 90 años después: estar al servicio de Chile y de su gente. Las primeras décadas del siglo XX fueron testigos de una acelerada industrialización. Ese espíritu marcó a los 86 emprendedores que fundaron la entonces Compañía de Petróleos de Chile (Copec), que, nueve décadas más tarde, se alza como una de las empresas más reconocidas y queridas por los chilenos. Si a fines de la década que vio nacer a Copec la red de abastecimiento de combustibles se extendía solo entre Coquimbo y Magallanes, hoy su cobertura recorre todo el territorio nacional, desde Arica hasta Puerto Williams. Con más de 690 estaciones de servicio, 480 tiendas de conveniencia y más de un millón de clientes diarios, el compromiso de servir con pasión se mantiene como una de las constantes de esta nonagenaria historia. En su trayectoria, la compañía ha sido liderada por distintas generaciones de ejecutivos que han compartido una misma visión de servicio y de largo plazo. En los últimos años, ese rol ha recaído en Arturo Natho, gerente general de Copec desde octubre de 2017. “Cumplir 90 años es un motivo de orgullo y también una gran responsabilidad”, afirma Natho, subrayando que la visión de futuro hoy está puesta en el devenir del mercado energético. “Nuestra historia ha sido la de acompañar el desarrollo del país, con una mirada de anticipación y una vocación profunda de servicio. Hoy nos corresponde mantener ese rol esencial, pero también liderar la transición hacia nuevas fuentes de energía”, reflexiona. Pero para llegar a este punto, otros fueron también los protagonistas y los contextos. Los orígenes: una empresa para Chile Los años que siguieron a su fundación marcaron la consolidación de Copec en un proyecto que, más que comercial, fue de país. En un contexto de crecimiento económico y modernización de la infraestructura nacional, Copec asumió desde temprano una misión que trascendía la seguridad energética y se traducía, finalmente, en acompañar el desarrollo de Chile. Durante sus primeras décadas, la compañía no solo distribuyó combustible, sino que también fue parte del proceso de integración territorial. En 1956 participó en la creación de Sonacol, la sociedad que hizo posible la construcción y operación de los oleoductos que abastecen la zona central del país. Un año después levantó la planta de lubricantes Mobil en Las Salinas, Viña del Mar, símbolo del avance industrial y de una alianza tecnológica que permitió al país refinar y producir insumos localmente. En 1965 llegaría un hito que marcaría la temprana instalación de un nuevo concepto en Chile: se inaugura Rutacentro, el primer baño público en carretera, que permitiría años más tarde instalar en el país el modelo de tiendas de conveniencia con servicios complementarios en ruta, transformando la experiencia de viaje. Las familias ya no solo cargaban combustible, sino que también encontraban un espacio de servicios limpio, iluminado y amable, que hacía más confortable el trayecto. Ese espíritu de servicio —que combinaba eficiencia, innovación y cercanía— empezó a forjar una identidad que, con el tiempo, se convertiría en parte del ADN de la marca. Copec era más que una empresa de combustibles, era una compañía en la vida cotidiana de las personas. Nace “La Primera en Servicio” La década de 1980 trajo desafíos mayúsculos y un punto de inflexión en la historia corporativa. En medio de una compleja situación financiera, el ingreso del Grupo Angelini a Copec, a mediados de los 80’, significó un nuevo impulso y la llegada de una visión de largo plazo. Baltazar Sánchez, quien llegó primero como asesor del gerente general en 1982, asumió —luego del cambio en el control de la compañía— la gerencia general. Estuvo en ella hasta 1990, marcando el inicio de un proceso de modernización integral para Copec. “Cuando llega el Grupo Angelini pudimos efectuar todas las estrategias que veníamos planeando, gracias a su sólida posición financiera”, recuerda Sánchez. “Nos propusimos recuperar la confianza, modernizar las estaciones y crear una cultura de atención que pusiera al cliente en el centro. Queríamos que las personas sintieran que Copec era un lugar confiable, limpio, bien atendido, parte de su día a día”, agrega. En esa época nace el lema “Primera en Servicio”, una promesa que trascendió la publicidad para convertirse en filosofía de trabajo. La compañía estandarizó, así, la experiencia de atención en todo el país, generando capacitaciones para los concesionarios y atendedores, convirtiendo cada estación en una vivencia común. El efecto fue inmediato. La marca se fortaleció, recuperó participación en el mercado —pasó del 43% al 50% entre 1989 y 1993— y se consolidó como referente de calidad y cercanía. Copec se transformó en sinónimo de servicio, confianza y modernidad, un lugar donde el progreso se encontraba con la gente. Es que la convicción de sacar adelante a Copec recaía en una idea simple, pero poderosa: era una decisión estratégica para el desarrollo de Chile. El propio Sánchez lo resume así: “El gran aporte de esa etapa fue demostrar que una empresa chilena podía competir de igual a igual con las multinacionales, y hacerlo mejor. Tuvimos la audacia y la estrategia de estar localizados en los mejores lugares, pero nuestro sello era el servicio de excelencia”, comenta. A fines de esa década, Copec ya había dejado atrás la crisis y se preparaba para un nuevo ciclo de crecimiento. De la mano del Grupo Angelini, la compañía había recuperado su solidez financiera, consolidado su liderazgo en combustibles y fortalecido su identidad como una de las marcas más queridas de Chile. Consolidación del liderazgo Los años siguientes serían de consolidación para el liderazgo de Copec. Un proceso que comandó Jorge Bunster, como gerente general durante casi dos décadas (1990 a 2009). Una época de expansión marcada —según su propio análisis— por cuatro vías de acción que impulsaron la generación de valor y robustecieron a la compañía. Una, quizás la más clave, fue la incorporación de estaciones de servicio en ubicaciones estratégicas dentro de la nueva red de autopistas concesionadas. “Con las autopistas, muchas estaciones quedaban fuera de ruta, así que diseñamos un plan de largo plazo para asegurar presencia en esos trazados”, recuerda Bunster. “Negociamos accesos, seleccionamos ubicaciones estratégicas y planificamos distancias según el flujo vehicular. Cuando comenzaron a operar, Copec ya tenía posiciones privilegiadas y una cobertura, incluso, superior a la
Copec: 90 años potenciando el movimiento de Chile Leer más »
Por Rodrigo Huidobro, gerente de Administración y Finanzas de Empresas Copec. El tercer trimestre, cuyos resultados se reportaron en los primeros días de noviembre, mostró desempeños diversos en los distintos negocios de Empresas Copec, en un contexto internacional exigente. El Ebitda consolidado registró una disminución frente al trimestre anterior y al mismo período del año pasado, principalmente por el comportamiento del negocio de celulosa, mientras otras divisiones mostraron sólidos resultados. En el ámbito forestal, ARAUCO continuó enfrentando precios bajos en celulosa, situación influida, entre otros factores, por el anuncio de aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos, que generó cautela en la demanda. Este escenario, que en las últimas semanas ha mostrado algunas señales de mejora, ha impactado el Ebitda anual de este negocio para la Compañía. En contraste, la división de Maderas se mantuvo estable, con cifras alineadas con promedios históricos. El sector energía volvió a destacar como motor de crecimiento y consistencia. La filial Copec incrementó su Ebitda respecto de 2024, impulsada por mayores volúmenes en sus distintos canales y márgenes atractivos en el segmento industrial. Terpel mantuvo un aporte significativo desde lubricantes, mientras que Abastible consolidó avances comerciales en todas sus geografías, acompañados de eficiencias en abastecimiento y logística. Gasib, operación recientemente incorporada en Europa, ha superado ampliamente las expectativas iniciales, consolidando la apuesta por una internacionalización selectiva. Las filiales del sector Energía han fortalecido posiciones competitivas, apoyadas en marcas robustas y escala operativa. En minería, Marcobre continúa funcionando con eficiencia, beneficiándose de buenas leyes de mineral y presencia de subproductos, lo que se traduce en costos competitivos, además de un entorno de precios positivo. A ello se suma el inicio de la construcción del proyecto Justa Subterránea, con una inversión cercana a US$ 500 millones. Esta iniciativa permitirá aprovechar recursos no disponibles en la operación a tajo abierto, prolongando la vida útil de la mina y reforzando la posición estratégica de la compañía en cobre, un recurso clave para la electromovilidad, la transición energética y la inteligencia artificial. Otro desarrollo relevante del trimestre ha sido el avance del proyecto Sucuriú, el más ambicioso en la historia de ARAUCO. Representará un aumento cercano al 70% en la capacidad de producción de celulosa, con una planta que se encontrará entre las más eficientes del mundo, tanto en su operación como en su construcción. El proyecto alcanza a octubre un 32,1% de avance, superando lo presupuestado, con más de 6.200 trabajadores en terreno y los principales permisos otorgados. Se han iniciado las fases de montaje mecánico y obras complementarias, asegurado la madera para los primeros años y cerrado acuerdos logísticos y navieros en condiciones competitivas. Desde su concepción, Sucuriú incorpora criterios de sostenibilidad, monitoreo de biodiversidad y generación de empleo: más de 14.000 puestos durante la construcción y 6.000 en operación plena, impulsando el desarrollo regional. La magnitud de esta inversión exige un activo monitoreo financiero. Empresas Copec ha mantenido históricamente una gestión prudente, con límites claros de endeudamiento y acciones preventivas ante escenarios ajustados. Esta disciplina, recogida en la Política Financiera de la Compañía, es fuertemente apreciada por el mercado, lo que se ha reflejado últimamente en importantes operaciones. Entre ellas se encuentran la exitosa colocación del bono híbrido sostenible de ARAUCO, la más grande en la historia del mercado de capitales chileno, y el contrato de crédito por más de US$ 2.000 millones destinado al proyecto Sucuriú, en condiciones muy competitivas y con contrapartes de la magnitud de la agencia finlandesa Finnvera, el IFC, del Banco Mundial, y el BID. Para Empresas Copec, los próximos años estarán guiados por tres prioridades estratégicas: maximizar la rentabilidad de los negocios existentes para generar recursos; asegurar una ejecución impecable de los proyectos, cumpliendo plazos y estándares, y mantener una disciplina financiera que resguarde la solidez del balance en este ciclo de fuertes inversiones. Con esta hoja de ruta, Empresas Copec avanza con decisión, prudencia y visión de futuro, consolidando su posición en sectores claves y proyectando un crecimiento sostenible que aporte valor económico, social, humano y ambiental para las generaciones venideras.
A fin de cuentas: Resultados a septiembre de 2025. Por Rodrigo Huidobro Leer más »
En su primer año como auspiciador oficial de la iniciativa, la filial reafirma su compromiso con las personas, la inclusión y el espíritu emprendedor que impulsa a Chile. El 28 y 29 de noviembre se realizó la Teletón 2025, la cruzada solidaria que une a todo el país para apoyar la rehabilitación de niños y jóvenes en los institutos de la fundación. Una vez más, millones de personas se movilizaron con un mismo objetivo: demostrar que cuando Chile se une por una causa, no hay meta imposible. En su primera participación como auspiciador, Abastible se hizo parte del espíritu solidario que convoca a los chilenos, con el entusiasmo de sus equipos en terreno y el compromiso de miles de familias. Su aporte de $451 millones se sumó a la recaudación final de más de $44.000 millones, llevando la energía y el propósito de la compañía a una causa que moviliza e inspira a todo el país y que, una vez más, logró superar la meta. Apoyar a La Teletón está directamente ligado al propósito de Abastible: potenciar el espíritu emprendedor, porque ambas causas comparten una misma convicción: impulsar a las personas para que desarrollen su máximo potencial y abrir oportunidades para que nadie se quede atrás.
Abastible y Teletón: todo Chile se levanta Leer más »