Las sólidas trayectorias de los grupos Breca y Empresas Copec se unieron para gestionar, a través de Marcobre, un ambicioso proyecto cuprífero en el sur peruano.
Tras comenzar su producción, Mina Justa inició los estudios de un proyecto subterráneo que aspira a convertirse en el segundo más grande de este tipo en Perú.
Quinientos kilómetros al sur de Lima se encuentra San Juan de Marcona, uno de los cinco distritos que conforman la provincia de Nasca, en el departamento de Ica. En esta zona portuaria y minera por excelencia se emplaza Mina Justa, un yacimiento cuprífero a tajo abierto de clase mundial, que comenzó a operar en 2021, tras sortear la pandemia y sus efectos colaterales.
El operador es Marcobre, cuyos accionistas son la peruana Minsur y la chilena Alxar Internacional, filial de Empresas Copec. La primera representa a la división minera de Breca, un conglomerado empresarial con más de cien años de existencia, que se suma a las más de ocho décadas de trayectoria del holding chileno. Con una inversión de US$ 1.800 millones y alineada con los estándares de ambos socios, Mina Justa contribuye con la reactivación económica de sus áreas de influencia y del Perú.
Erwin Kaufmann, gerente general de Alxar, comenta que el inicio no fue fácil. “La construcción se inició en 2019 y al año siguiente la pandemia dificultó toda la logística de materiales, ya que los equipos eran todos importados y era muy difícil conseguir naves e internar productos. El correcto cuidado de nuestro personal nos llevó a generar protocolos y áreas de aislamiento dentro de la mina. Empezamos a comercializar cuando todavía había restricciones, así es que ese período también fue desafiante”, recuerda el ejecutivo.
Sin embargo, se aplicaron las estrategias correctas y se cumplieron los resultados tanto en plazos como en presupuesto. Así, durante 2023, Mina Justa habrá producido más de 140 mil toneladas de cobre fino. Su destino son traders internacionales y fundiciones en Europa, Corea y China, además de fabricantes de cables y otros productos finales en el mercado interno.
La compañía mira hacia adelante, “estudiando proyectos que nos podrían permitir aumentar la vida útil y/o el nivel de producción, al momento en que baje la ley del yacimiento actual, lo que debería ocurrir a partir de 2027”, explica Kaufmann. El foco, añade, es pensar en el futuro de la minería para Empresas Copec y sus socios estratégicos.
Justa Subterránea
Esa mirada de largo plazo llevó a Marcobre a dar otro paso: un proyecto subterráneo de gran envergadura, que aspira a convertirse en el segundo más grande de este tipo en Perú. Se espera que Justa Subterránea, cuya inversión bordearía los US$ 400 millones, suministre mineral de sulfuros a la planta concentradora existente y permita la extensión de la vida útil de Mina Justa en cinco años. Asimismo, aumentaría las reservas actuales en 30%, con más de 500 mil toneladas de cobre fino adicionales.
Para Erwin Kaufmann, Justa Subterránea es una buena noticia en un contexto de altas expectativas para el cobre como material crítico para la transición energética mundial. “Ello nos lleva a buscar más oportunidades y formas de uso para este metal. Es un producto de futuro, tanto por la demanda creciente como por los problemas para generar más oferta, derivados de la baja en las leyes en los yacimientos actuales y la dificultad para gestionar yacimientos nuevos en el mundo”, puntualiza.
El proyecto se encuentra actualmente en su etapa de prefactibilidad, para validar el caso de negocio. Luis Argüelles, gerente general de Marcobre, explica que “en este nivel estamos evaluando tecnologías que permitan reducir la huella de carbono, así como incluir equipos mineros eléctricos de manera progresiva”. En esa línea, también se considera el uso de agua de mar para la futura operación subterránea, junto con otras medidas de mitigación medioambiental, que es una de las prioridades de la compañía.
El ejecutivo añade que los principales desafíos de Justa Subterránea son configurar un proyecto eficiente y rentable para que aporte un valor importante al activo actual de Mina Justa “y continuar con las siguientes etapas de nuestro sistema de gestión de proyectos, para finalmente hacer una ejecución efectiva y eficiente durante la etapa de construcción”.
También será un reto incorporar el talento correcto con las mejores habilidades y luego operar de manera simultánea ambas minas de una forma segura, eficiente y rentable.
Erwin Kaufmann coincide en este punto, por lo que enfatiza la importancia de una buena planificación. “La minería subterránea es un desafío en sí misma por los temas tecnológicos, por los equipos y sistemas que requiere, y es complejo hacer las dos cosas a la vez. Por eso llevamos mucho tiempo estudiando los detalles y analizando cada decisión”, sostiene.
Comprometidos con la comunidad y el medioambiente
Los valores corporativos y el compromiso social son elementos comunes a los grupos Breca y Empresas Copec, y se reflejan en una preocupación genuina por vincularse responsable y constructivamente con el entorno. Es así que Mina Justa no solo ha sido un importante generador de empleo en Marcona, sino que también aporta de manera significativa al desarrollo local a través de numerosas acciones en ámbitos como salud, educación, infraestructura y generación de ingresos alternativos, bajo el concepto de valor compartido.
Donaciones de implementos a hospitales, campañas preventivas, capacitaciones a jóvenes y adultos, obras de saneamiento y programas para el desarrollo del turismo sostenible son solo algunos ejemplos. “Buscamos ser un aliado estratégico en el crecimiento de Marcona, promoviendo el diálogo transparente con el fin de construir una relación sólida, alineada a nuestro propósito corporativo y a criterios de sostenibilidad”, afirma Luis Argüelles, agregando que este año Marcobre fue reconocida con el distintivo de Empresa con Gestión Sostenible.
Erwin Kaufmann acota que el propósito de esta política de relacionamiento “es compartir valor y que nuestra operación traiga beneficios para todos, trabajando de la mano con las autoridades y con las personas que viven cerca de la mina”. Argüelles añade que, en esa línea, el cuidado del medioambiente es un área prioritaria, por lo que existen compromisos a corto, mediano y largo plazo, especialmente en relación con la descarbonización. Reducir el 30% de las emisiones de alcances 1 y 2 de aquí al 2030, y lograr cero emisiones netas en esos mismos alcances al 2050, se cuentan entre ellos.
Mediciones de la huella de carbono siguiendo los estándares internacionales y validaciones externas, obtención de certificaciones y mejoramiento continuo de protocolos son parte de la hoja de ruta de Mina Justa para seguir creciendo como una empresa comprometida con el desarrollo sostenible. De esa forma, la compañía apuesta por un mineral que tiene presente y futuro, que es básico en los nuevos paradigmas energéticos y que ofrece cada día nuevas oportunidades.