Novedad, viabilidad y valor son los atributos que están presentes en las innovaciones ganadoras de este concurso anual, organizado por Abastible, donde participan colaboradores de la empresa y que busca encontrar nuevas respuestas a sus desafíos.
Desde 2017, se realiza el Desafío i-NOW, iniciativa en la que todos los colaboradores de Abastible a lo largo de Chile tienen la oportunidad de presentar sus ideas para mejorar aspectos operacionales, comerciales y laborales, entre otros. Vincent Horn, subgerente de Innovación y Cultura, junto a Carolina Muñoz, coordinadora de Innovación, lideran este proyecto, el que ha debido adaptarse a distintos momentos coyunturales, tanto del negocio como del país.
Cada año, se propone un desafío distinto y se invita al equipo a proponer soluciones. Vincent Horn recuerda sus inicios: “La primera misión iba de la mano con la gerencia de Personas y planteamos la pregunta ¿cómo nos convertimos en la mejor empresa para trabajar en Chile? Nunca habíamos hecho algo tan abierto. Surgieron más de 400 ideas, convirtiéndose rápidamente en algo muy atractivo y relevante”.
Luego de un filtro inicial de iniciativas, ocurrió algo muy esperado por los participantes: “De todas partes de Chile tuvimos candidatos que presentaron su proyecto a un comité conformado, entre otros, por nuestro gerente general, Joaquín Cruz, y eso fue muy bien recibido. La gente se sintió escuchada, porque las ideas venían de ellos y no de la primera línea de la organización. Cualquier persona, sin importar su cargo o antigüedad, podía dar a conocer su propuesta en igualdad de condiciones”, afirma Horn.
A partir del éxito de dicha convocatoria, el equipo i-NOW continuó con la dinámica del concurso, cambiando el reto, año a año, incluyendo temas como la eficiencia de proceso y, tecnologías digitales, entre otros. Además de recibir una compensación económica, los ganadores son invitados a participar en el equipo de desarrollo que hace realidad su idea, para generar así un aporte tangible al desarrollo de Abastible.
El contexto cambia y el concurso se adapta
La llegada de 2020 trajo consigo una crisis sanitaria global sin precedentes que también afectó el desarrollo de i-NOW: “Los ánimos estaban bajos, los presupuestos, por su parte, acotados ante la incertidumbre. Sin embargo, vimos una necesidad en las personas de comunicarse y narrar sus experiencias en ese momento adverso. Es así como lanzamos ‘Legado creativo’, donde invitamos al equipo a reflexionar sobre lo que estaban viviendo, contándonos sus anécdotas, aprendizajes y cómo estaban sobrellevando uno de los períodos de cuarentenas más estrictos de la pandemia”. Este trabajo se materializó en un libro colectivo con las ideas de todos los colaboradores que participaron.
Una vez que las medidas de salud y seguridad se fueron relajando, la convocatoria tomó un nuevo rumbo, debido a la recesión económica y las nuevas necesidades de la compañía. Gradualmente, la instancia se fue reenfocando hacia la eficiencia en costos: “En 2022 empezamos a buscar iniciativas orientadas a solucionar problemas de la empresa de cualquier tipo, que fueran a costo cero, y estas se enfocaron mucho más en lo operacional. Finalmente llegaron 105 ideas, con lo que, considerando la misión encomendada, podemos decir que la recepción fue espectacular”.
El cambio del concurso a lo largo del tiempo es algo que destaca Vincent Horn como positivo: “La innovación en Abastible no es un fin en sí mismo, sino que un medio que está al servicio de sus objetivos estratégicos, por lo que se va adaptando a sus necesidades”.
Un acompañamiento constante de inicio a fin
Una de las principales brechas que el equipo de Innovación y Cultura ha enfrentado en estos siete años, dice relación con equiparar la cancha a la hora de que los proyectos presentados tengan un sustento robusto y que los participantes cuenten con herramientas para dar a conocer sus ideas. Una vez que se priorizan los proyectos finalistas, el coaching individual es fundamental: “En la preparación para el pitch de cierre, se les exige un trabajo de investigación para conocer los dolores y los beneficios cualitativos y cuantitativos de la solución. Incluso los asesoramos en tecnologías y herramientas. Ayudamos a los finalistas a transformar su idea en un relato de 5 minutos, utilizando datos, números y un mensaje claro que les permite presentar su solución ante el comité de gerentes con confianza y claridad”.
Las propuestas ganadoras son traspasadas al Laboratorio de Innovación de Abastible, quienes verifican la factibilidad y levantan los requerimientos necesarios para su posible implementación, en conjunto con el ganador. En algunos casos, se pueden adaptar soluciones disponibles en el mercado o gestionar con expertos que colaboren en la elaboración de una solución in-house: “Tenemos un caso, por ejemplo, en Coyhaique, que ganó en 2019, cuyo objetivo era mejorar el sistema de conteo de cilindros en planta. Hoy el conteo es manual, lo que se traduce en pérdidas y descuadres de inventario. El ganador propuso instalar una cámara con inteligencia artificial, que generara un registro para validar la información ingresada en nuestros sistemas. Este tipo de soluciones son ‘trajes a la medida’, por lo que buscamos y contratamos a un partner especialista y abordamos el desarrollo, a través de etapas de prefactibilidad, PoC (prueba de concepto) e implementación. Hoy estamos midiendo el accuracy final de la solución y analizando potenciales aplicaciones adicionales de esta tecnología”, explica el subgerente y puntualiza: “Los proyectos de innovación son en general de larga data, llegando en algunos casos a superar los 4 años de desarrollo”.
En otras ocasiones, el desarrollo se ha complicado debido a que las limitaciones tecnológicas del minuto no lo permiten, hay imposibilidad de levantar la información requerida o incluso existen barreras legales. A pesar de ello, no se descarta retomar las iniciativas cuando las condiciones lo ameriten: “Finalmente, uno de los principales objetivos del desafío, además de capturar y canalizar las buenas ideas, es conectar a tierra la innovación. Que las personas entiendan que esta no es exclusivamente la generación de soluciones con efecto wow que cambien la vida al mundo entero, no es un iPhone, sino que entiendan que es un mindset, un modo de pensar y enfrentar su día a día, y que a veces pequeños cambios o mejoras incrementales sí son formas de innovar. Buscamos que los colaboradores no hagan innovación como un fin en sí mismo, sino que innoven en lo que hacen”, concluye Horn.
Un pequeño cambio de gran impacto
¿Cómo optimizar el lavado de cilindros y a la vez ser más eficientes en nuestro sistema de gestión energética? Fue la pregunta que se hizo Héctor Sánchez, supervisor de Operaciones de Planta Lenga, al ver que el actual método de aseo con detergente y agua caliente era peligroso por el riesgo de quemaduras y, en consecuencia, la operación se tornaba más lenta por la difícil ejecución que conllevaba. Además, generar vapor para temperar el agua tenía un costo para la planta de $84.000.000 al año. La idea que Héctor Sánchez propuso fue reemplazar el detergente por uno equivalente para agua fría. Esto permitiría reducir el esfuerzo físico e, incluso, aumentar en 30% la velocidad del proceso. Si bien parecía como algo de fácil implementación, Sánchez comenta: “Lo más difícil fue derribar el fantasma del ‘siempre se ha hecho así’. Sin embargo, esto mismo despertó la necesidad de innovar, planificando una prueba en terreno con excelentes resultados”. La propuesta se convirtió en la idea ganadora del 2021 y no solo ha sido implementada en Talcahuano, sino que en otras plantas del país. “Siento la satisfacción de haber demostrado que, con una mirada de mejora continua, con visión en el cuidado del medio ambiente y en la protección de las personas, se pueden tener resultados insospechados, con tan solo pequeños cambios”, concluye.
Un servicio sin margen de error
Héctor Santos, encargado de Producción y Capitán de Brigada de Planta Coyhaique, detectó en su trabajo diario que el conteo manual de los cilindros que ingresaban y salían de la instalación les tomaba mucho tiempo de la jornada. Por otro lado, existían muchos “errores humanos” en el proceso: los extravíos eran comunes y a veces la información no calzaba. Así, se le ocurrió que, si hubiera una cámara que contara los cilindros, identificando su formato, optimizaría la operación. Si bien no tenía en ese momento las herramientas para describir la solución desde lo tecnológico, su visión fue suficiente para recibir el primer lugar en la versión 2019 del concurso. Con el apoyo del equipo de Innovación de Abastible, está trabajando junto a una consultora en la implementación futura de esta solución. Respecto a este reconocimiento, Santos afirma: «El hecho de que este proyecto se gestionara e implementara en la misma planta de Coyhaique me hace sentir que estoy haciendo un aporte real e importante a la compañía, además de lo que realizo día a día en mi puesto de trabajo. Es muy gratificante poder aportar a la solución tanto desde la idea, como en el desarrollo y finalmente en la implementación de esta».