Tres líderes históricos de Copec -Baltazar Sánchez, Jorge Bunster, Lorenzo Gazmuri- y su actual gerente general, Arturo Natho, repasan los hitos, desafíos y aprendizajes que han marcado el camino de Copec desde 1935. Acá recuerdan sus años al mando de una compañía que ha sabido conectar a Chile, así como anticiparse y adaptarse a los nuevos tiempos.
En agosto de 1935, una pequeña y naciente empresa chilena realizaba su primera carga de combustible en Valparaíso y Viña del Mar. Imágenes de la época muestran cómo esas ventas se hacían, incluso, en vasijas recubiertas de mimbre, cargadas en burros, reflejo de cómo el progreso comenzaba a abrirse paso en un país muy distinto al actual y donde Copec daba sus primeros pasos impulsado por una convicción que sigue intacta 90 años después: estar al servicio de Chile y de su gente.
Las primeras décadas del siglo XX fueron testigos de una acelerada industrialización. Ese espíritu marcó a los 86 emprendedores que fundaron la entonces Compañía de Petróleos de Chile (Copec), que, nueve décadas más tarde, se alza como una de las empresas más reconocidas y queridas por los chilenos.
Si a fines de la década que vio nacer a Copec la red de abastecimiento de combustibles se extendía solo entre Coquimbo y Magallanes, hoy su cobertura recorre todo el territorio nacional, desde Arica hasta Puerto Williams. Con más de 690 estaciones de servicio, 480 tiendas de conveniencia y más de un millón de clientes diarios, el compromiso de servir con pasión se mantiene como una de las constantes de esta nonagenaria historia.
En su trayectoria, la compañía ha sido liderada por distintas generaciones de ejecutivos que han compartido una misma visión de servicio y de largo plazo. En los últimos años, ese rol ha recaído en Arturo Natho, gerente general de Copec desde octubre de 2017.
“Cumplir 90 años es un motivo de orgullo y también una gran responsabilidad”, afirma Natho, subrayando que la visión de futuro hoy está puesta en el devenir del mercado energético.
“Nuestra historia ha sido la de acompañar el desarrollo del país, con una mirada de anticipación y una vocación profunda de servicio. Hoy nos corresponde mantener ese rol esencial, pero también liderar la transición hacia nuevas fuentes de energía”, reflexiona.
Pero para llegar a este punto, otros fueron también los protagonistas y los contextos.
Los orígenes: una empresa para Chile
Los años que siguieron a su fundación marcaron la consolidación de Copec en un proyecto que, más que comercial, fue de país. En un contexto de crecimiento económico y modernización de la infraestructura nacional, Copec asumió desde temprano una misión que trascendía la seguridad energética y se traducía, finalmente, en acompañar el desarrollo de Chile.
Durante sus primeras décadas, la compañía no solo distribuyó combustible, sino que también fue parte del proceso de integración territorial. En 1956 participó en la creación de Sonacol, la sociedad que hizo posible la construcción y operación de los oleoductos que abastecen la zona central del país. Un año después levantó la planta de lubricantes Mobil en Las Salinas, Viña del Mar, símbolo del avance industrial y de una alianza tecnológica que permitió al país refinar y producir insumos localmente.
En 1965 llegaría un hito que marcaría la temprana instalación de un nuevo concepto en Chile: se inaugura Rutacentro, el primer baño público en carretera, que permitiría años más tarde instalar en el país el modelo de tiendas de conveniencia con servicios complementarios en ruta, transformando la experiencia de viaje. Las familias ya no solo cargaban combustible, sino que también encontraban un espacio de servicios limpio, iluminado y amable, que hacía más confortable el trayecto.
Ese espíritu de servicio —que combinaba eficiencia, innovación y cercanía— empezó a forjar una identidad que, con el tiempo, se convertiría en parte del ADN de la marca. Copec era más que una empresa de combustibles, era una compañía en la vida cotidiana de las personas.
Nace “La Primera en Servicio”
La década de 1980 trajo desafíos mayúsculos y un punto de inflexión en la historia corporativa. En medio de una compleja situación financiera, el ingreso del Grupo Angelini a Copec, a mediados de los 80’, significó un nuevo impulso y la llegada de una visión de largo plazo. Baltazar Sánchez, quien llegó primero como asesor del gerente general en 1982, asumió —luego del cambio en el control de la compañía— la gerencia general. Estuvo en ella hasta 1990, marcando el inicio de un proceso de modernización integral para Copec.
“Cuando llega el Grupo Angelini pudimos efectuar todas las estrategias que veníamos planeando, gracias a su sólida posición financiera”, recuerda Sánchez.
“Nos propusimos recuperar la confianza, modernizar las estaciones y crear una cultura de atención que pusiera al cliente en el centro. Queríamos que las personas sintieran que Copec era un lugar confiable, limpio, bien atendido, parte de su día a día”, agrega.
En esa época nace el lema “Primera en Servicio”, una promesa que trascendió la publicidad para convertirse en filosofía de trabajo. La compañía estandarizó, así, la experiencia de atención en todo el país, generando capacitaciones para los concesionarios y atendedores, convirtiendo cada estación en una vivencia común.
El efecto fue inmediato. La marca se fortaleció, recuperó participación en el mercado —pasó del 43% al 50% entre 1989 y 1993— y se consolidó como referente de calidad y cercanía. Copec se transformó en sinónimo de servicio, confianza y modernidad, un lugar donde el progreso se encontraba con la gente. Es que la convicción de sacar adelante a Copec recaía en una idea simple, pero poderosa: era una decisión estratégica para el desarrollo de Chile.
El propio Sánchez lo resume así: “El gran aporte de esa etapa fue demostrar que una empresa chilena podía competir de igual a igual con las multinacionales, y hacerlo mejor. Tuvimos la audacia y la estrategia de estar localizados en los mejores lugares, pero nuestro sello era el servicio de excelencia”, comenta.
A fines de esa década, Copec ya había dejado atrás la crisis y se preparaba para un nuevo ciclo de crecimiento. De la mano del Grupo Angelini, la compañía había recuperado su solidez financiera, consolidado su liderazgo en combustibles y fortalecido su identidad como una de las marcas más queridas de Chile.
Consolidación del liderazgo
Los años siguientes serían de consolidación para el liderazgo de Copec. Un proceso que comandó Jorge Bunster, como gerente general durante casi dos décadas (1990 a 2009). Una época de expansión marcada —según su propio análisis— por cuatro vías de acción que impulsaron la generación de valor y robustecieron a la compañía.
Una, quizás la más clave, fue la incorporación de estaciones de servicio en ubicaciones estratégicas dentro de la nueva red de autopistas concesionadas. “Con las autopistas, muchas estaciones quedaban fuera de ruta, así que diseñamos un plan de largo plazo para asegurar presencia en esos trazados”, recuerda Bunster.
“Negociamos accesos, seleccionamos ubicaciones estratégicas y planificamos distancias según el flujo vehicular. Cuando comenzaron a operar, Copec ya tenía posiciones privilegiadas y una cobertura, incluso, superior a la del mercado total”, agrega.
A eso le acompañó la creación de la red Pronto, junto al desarrollo de una arquitectura distintiva en sus estaciones; la integración total del negocio de lubricantes, y el inicio de la importación directa de combustible para responder al aumento de demanda impulsada por el crecimiento del país.
“Copec era, y sigue siendo, parte del paisaje nacional”, dice Bunster al recordar los años que gerenció la compañía. “Antes de llegar a Copec la miraba siempre para arriba, como una empresa destacada, importante. Era como el referente máximo de las compañías chilenas”, destaca.
Durante estas dos décadas la estrategia fue clara: “Diseñamos estaciones que no solo funcionaran bien, sino que también aportaran a la ciudad y a la carretera. Queríamos que fueran un lugar acogedor, con baños limpios, buena comida y atención de calidad. Nos preocupamos del detalle, porque sabíamos que eso era servicio”.
La expansión internacional
La siguiente etapa la lideró Lorenzo Gazmuri, abriendo fronteras. En 2010, Copec ingresa a Terpel en Colombia, extendiendo su modelo de servicio a toda la región. Algo que años más tarde, con la adquisición de Mapco, en Estados Unidos, consolidaría su presencia a nivel internacional.
“Nos dimos cuenta de que nuestra ventaja competitiva no eran los activos, sino la estrategia”, recuerda Gazmuri. “Y esa estrategia parte de algo muy simple: entender que atendemos personas. El servicio, la cercanía, la confianza… Eso no se copia. Lo llevamos a Colombia y funcionó igual que en Chile. La gente valora ser bien atendida en cualquier parte”.
En esos mismos años, la compañía materializaba un símbolo de ese crecimiento: la compra de su nuevo edificio corporativo, reflejo de una empresa que alcanzaba madurez, consolidaba su identidad y proyectaba su futuro.
Pero ya en esa época se comenzaron a sentar las bases de una transformación aún en proceso, y que marca el camino actual de Copec: la creación de Copec Voltex. A ello se suma la formación del fondo de innovación Copec Wind Ventures, que hoy opera en Silicon Valley. «Asumimos que la electromovilidad vendría y, por lo tanto, debíamos prepararnos para la movilidad del futuro», resume Gazmuri.
La evolución: un ecosistema de servicios
Hoy, Copec está embarcada en una profunda etapa de transformación. Una estrategia apoyada en tres ejes: nueva movilidad, nuevas energías y nueva conveniencia. Bajo esa mirada, la mitad de sus inversiones ya está siendo destinada a negocios distintos al combustible.
Una decisión que Natho encuadra dentro de los hitos que están marcando un antes y un después para la compañía. “Esa fue una decisión estratégica muy audaz, basada en una convicción simple, pero poderosa: nuestro principal activo es la confianza y la relación con los clientes”, explica.
Y los resultados hablan por sí solos. Copec Emoac, la comercializadora de energía, ya está posicionada como la segunda mayor empresa del área. Copec Voltex, referente en electromovilidad, ya cuenta con la red de carga eléctrica más extensa de Sudamérica, con más de 2.200 kilómetros continuos y presencia en todas las regiones.
“La electromovilidad es una tendencia irreversible y Copec ya ocupa un lugar de liderazgo. Pero, al mismo tiempo, seguirá cumpliendo un rol fundamental en el abastecimiento de combustibles, porque la transición energética será gradual y coexistirán múltiples soluciones. La movilidad del futuro será híbrida, combinando electricidad, biocombustibles, combustibles sintéticos e hidrógeno verde. Nuestro desafío es administrar esa transición y posicionarnos para esos escenarios futuros”, precisa Natho.
“La siguiente etapa de la conveniencia va más allá de Pronto, con negocios como Blue Express, que les permite a miles de emprendedores vender sus productos en todo Chile; Juan Valdez, Streat Burger, Sbarro y Copec Pay, que ofrecen una experiencia moderna y fluida a nuestros clientes”, señala Natho.
“En Copec existimos para potenciar el movimiento de las personas, las empresas y el país”, resume Natho. “Esa mezcla de pasión, coherencia y compromiso nos ha acompañado por décadas”, subraya.
Cuatro momentos que reflejan 90 años junto a Chile
A lo largo de su historia, Copec ha estado presente en los momentos más difíciles del país. No solo como una empresa esencial para la movilidad, sino como una organización que entiende su rol social y su responsabilidad con las personas. Estas cuatro historias, contadas por sus gerentes generales de distintas épocas, resumen ese sello.
Baltazar Sánchez, gerente general de Copec entre 1986 y 1990
Un cincuentenario distinto
Para el terremoto de 1985, que remeció la zona central del país, Copec se preparaba para conmemorar sus 50 años. “Decidimos suspender los festejos y destinar los recursos a apoyar a los damnificados, sumándonos a la campaña Chile ayuda a Chile”, recuerda Baltazar Sánchez. “Organizamos una actividad en la estación de servicio de Nathaniel Cox con 10 de Julio, desde donde partieron camiones cargados con techumbres para la reconstrucción de viviendas en distintas zonas afectadas. Había mucho por hacer y sentimos que en ese momento lo importante era estar con la gente”, agrega.
Al servicio ante una crisis energética
Jorge Bunster, gerente general de Copec entre 1990 y 2009
A mediados de los 2000, Chile enfrentó una compleja situación energética: las restricciones en el suministro de gas natural desde Argentina generaron una sobredemanda inédita de diésel por parte de las empresas generadoras de energía. “Copec contaba con la experiencia, la infraestructura y los proveedores necesarios para responder con rapidez”, rememora Jorge Bunster. “Nos pusimos a disposición del Ministerio de Energía y fuimos parte del plan que permitió aumentar, en pocos días, la importación y distribución de combustibles. Esa capacidad de anticipación y gestión contribuyó a garantizar la continuidad del suministro eléctrico”, destaca.
Lorenzo Gazmuri, gerente general de Copec entre 2009 y 2017
Responder al llamado del país
Tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, convocó a Copec a La Moneda. “Quería saber cuándo se iba a restablecer el suministro en la zona afectada”, recuerda Lorenzo Gazmuri. En medio de la emergencia, la compañía asumió el compromiso de normalizar la operación en tiempo récord. Pese a las dificultades y daños en la infraestructura, en solo cuatro días se logró recuperar casi toda la red nacional. “Fue muy impactante ver cómo la compañía se movilizó —agrega—. Cuando tu negocio, que siempre funciona, deja de hacerlo, te das cuenta de lo esencial que es para el país”.
Arturo Natho, actual gerente general de Copec
Las personas primero
“La pandemia fue un periodo muy duro, lleno de incertidumbre”, recuerda Arturo Natho. “Nadie sabía cuánto iba a durar ni cómo afectaría a nuestras operaciones”. En medio de ese escenario, el directorio, liderado por Roberto Angelini, tomó una decisión clave: cuidar a las personas. “Se estableció que, producto de la pandemia, no saldría nadie de la compañía. Esa determinación generó una enorme lealtad y sentido de pertenencia. Fue una prueba que reafirmó algo esencial: las personas son el mayor activo de Copec. En los momentos difíciles, lo que marca la diferencia no son los resultados, sino la forma en que cuidamos a quienes hacen posible el servicio”, concluye.
Conoce la historia de Copec en sus 90 años
90 años construyendo confianza: Copec es elegida la Marca Ciudadana N° de Chile
En el año en que la filial celebra nueve décadas acompañando el desarrollo del país, fue distinguida en el primer lugar del estudio Marcas Ciudadanas 2025, elaborado por Cadem, Deloitte y Diario Financiero, que analizó 350 marcas consideradas relevantes para la sociedad.
En esta edición, Copec lideró el ranking general, el segmento de líderes empresariales y la categoría de Estaciones de Servicio. Asimismo, este año se alcanzó un hito histórico, ya que por primera vez la ciudadanía y los líderes empresariales coincidieron en elegir a la filial como la Marca Ciudadana N°1 de Chile, adjudicándose dos primeros lugares simultáneos.
Por su parte, Pronto Copec fue nuevamente elegido N°1 en Tiendas de Conveniencia, consolidando su liderazgo y su capacidad para acompañar mejor los hábitos de movilidad de las personas.
Cabe destacar que, según el estudio, las personas valoraron especialmente la calidad del servicio, la coherencia en el tiempo, la capacidad de respuesta y el aporte más allá de la operación tradicional.
Este reconocimiento reafirma el rol de Copec como una marca relevante para el país, respaldada por la confianza y cercanía con la ciudadanía, y por un compromiso sostenido con el servicio, la innovación y la transición energética.
