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A fin de cuentas

COMPÁRTELO:

Por Rodrigo Huidobro, gerente de Administración y Finanzas de Empresas Copec.

Fue este un año desafiante, donde se registró una diferencia importante con los dos periodos anteriores, que habían mostrado resultados históricamente altos.   

En efecto, el precio de la celulosa comenzó el año 2023 con una caída abrupta, quizás la más pronunciada en décadas, y mantuvo bajos niveles durante gran parte del año, en un patrón que es habitual en los años en que se produce una fuerte entrada de capacidad, como lo fue el ejercicio anterior. Por otro lado, para ARAUCO, la puesta en marcha de Mapa significó varios meses de operación con producción baja, lo que aumentó los costos unitarios.  

En maderas, se vio un mercado estable, aunque con niveles de márgenes muy inferiores a los que caracterizaron a los dos años precedentes, que fueron excepcionales. En energía, los volúmenes redujeron su crecimiento, o incluso se mostraron levemente a la baja en algunas geografías, y las contribuciones de márgenes industriales y revalorización de inventarios fueron mucho menos favorables que en los años anteriores.

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En la foto: Rodrigo Huidobro Alvarado, Gerente de Administración y Finanzas de Empresas Copec.

En cobre sí tuvimos un buen año, con una operación continua y a bajos costos de Mina Justa, en un entorno de precios favorables.  

Con todo, cerramos con un Ebitda de USD 2.303 millones y una utilidad de USD 349 millones, cifras muy inferiores a las de los últimos periodos. La última parte del año, sin embargo, mostró una reversión de algunas de estas tendencias, con una mejora relevante en los precios de la celulosa, alza que se ha mantenido en los primeros meses de este 2024.  

El 2023 fue también un año de hitos relevantes, con la puesta en marcha de Mapa, la principal inversión en la historia de Arauco, que hoy ya se aproxima a producir a su capacidad de diseño, con las mejoras sustanciales en volúmenes y costos que ello genera. 

En paralelo, durante el año decidimos vender algunos activos importantes. Son decisiones difíciles en lo humano, pero necesarias para los objetivos de sostenibilidad financiera, retorno justo y foco estratégico. Entre estas operaciones, destacó la venta de MAPCO, operación de combustibles en Estados Unidos. Tras varios años de administración en los que se lograron enormes mejoras de desempeño, llegando casi a duplicar el EBITDA, la decisión de venta era la correcta. El futuro de la operación en el país del norte requerirá escalas mucho mayores, que permitan aprovechar eficiencias en la distribución y en la transición energética. El hecho de que uno de los compradores haya sido el principal distribuidor de este mercado, de un tamaño de más de veinte veces el de MAPCO, así lo demuestra.  

Así también, hacia fines de año se firmó el acuerdo para una relevante venta de activos forestales en Brasil. Se trata de más de 80 mil hectáreas productivas ubicadas en el estado de Paraná, en una muy buena ubicación para abastecer las instalaciones de la empresa Klabin. Tal como se puede generar valor mediante la compra de activos o el desarrollo de proyectos, a veces el valor está en saber desprenderse a tiempo de activos que valen más en manos de terceros. En este caso, los recursos a ser obtenidos, de concretarse la operación, serán cuantiosos: casi USD 1.200 millones.  

Hacia adelante, seguiremos creciendo por las rutas que ya hemos trazado. La filial ARAUCO sigue avanzando en la información necesaria para poder decidir sobre la ejecución del proyecto Sucuriú en Brasil, que permitiría incrementar en 50% la capacidad de producción de celulosa. Para ello, se necesita evaluar, cuantificar y disminuir incertidumbres en aspectos regulatorios, tecnológicos, económicos, financieros, logísticos y de abastecimiento, entre otros. Estos son proyectos complejos, de tecnología de punta e inversión elevada, que deben ser cuidadosamente analizados. Se trata, eso sí, de una zona geográfica con inmejorables condiciones para el crecimiento de bosques, lo que implica una enorme eficiencia en términos de costos, además de beneficios ambientales significativos para la región y para el planeta.   

En energía, la filial Copec S.A. continuará adelante en su proceso de transición energética y transformación de su modelo de negocios, con inversiones en nuevas energías, movilidad y conveniencia. Y en minería, se anunció hace poco la expansión de Mina Justa, una potencial inversión de 400 millones de dólares que permitiría aumentar la producción total de la mina en 500 mil toneladas, durante su vida útil.  

Estamos, como pocas empresas, en sectores donde los objetivos de negocio convergen con los de sostenibilidad, y son inseparables de ellos. En forestal, ARAUCO absorbe carbono, protege la biodiversidad y reemplaza materiales menos amigables con el medio ambiente. En minería, Marcobre produce un material fundamental para la transición energética. En energía, Copec y Abastible están empujando esta transición con decisión. 

Todo lo anterior, más la forma de hacer negocios de este grupo de empresas -con visión de largo plazo, con el compromiso de siempre con lo humano, lo social, lo ambiental- nos posiciona para contribuir de manera relevante mucho más allá de nuestro retorno económico, haciendo un aporte relevante a quienes nos rodean, forjando un mundo para las futuras generaciones.  

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